El Papa Benedicto XVI hizo un llamado a los cientos de miles de jóvenes católicos de todo el mundo que asistieron a la misa final de su visita a Alemania y a la Jornada Mundial de la Juventud para que demuestren su compromiso por la creación de un mundo mejor.
Ante una multitud calculada en más de 800.000 mil personas que se dieron cita en Marienfeld, a más de 25 kilómetros al oeste de la ciudad de Colonia, el Pontífice también advirtió contra lo que él considera como una falsa concepción de la libertad.
EXTRAÑO OLVIDO DE DIOS
Según el Papa, "la libertad no quiere decir gozar de la vida, considerarse absolutamente autónomo, sino orientarse según la medida de la verdad y del bien".
En la homilía que leyó en varios idiomas entre ellos el español, Benedicto XVI, sin mencionar a Europa, dijo que "en numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin Él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos".
Su discurso es considerado como uno de los más importantes desde que fuera electo en abril pasado.
Benedicto XVI emprendió ayer su regreso a Italia, poniendo fin a su primer viaje oficial como pontífice a Alemania, su tierra natal, para presidir durante cuatro días las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).
Como es costumbre en los viajes papales, el pontífice regresó a Roma en un avión, un A321-100, de la compañía nacional del país visitado, en este caso, Lufthansa.
El avión del pontífice sobrevoló su pueblo natal, Marktl am Inn, que se iluminaría -en particular su casa natal- para hacerse visible desde el cielo.