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La OEA presentó en enero pasado los resultados de una investigación, en la que concluyó que Nicaragua es "culpable por negligencia profesional". A Colombia la señala responsable de corrupción, y a Panamá la exonera de culpa.  |
LA HIPÓTESIS: Aunque aún no se ha establecido plenamente cómo ingresó el arsenal, evadiendo todos los controles, el DAS maneja una hipótesis que, a criterio de sus detectives, es la más sólida.
El negocio, según el organismo de seguridad, comenzó a gestarse a comienzos del 2001, cuando Erasmo Saldarriaga Cuartas fue contactado por las AUC en Turbo y le propusieron que les ayudara en el tráfico de las armas.
Según el DAS, Erasmo decidió buscar en Medellín a su hermano Nelson, desempleado, enfermo terminal y con dificultades económicas, para que prestara su nombre, con el fin de crear una empresa de importación.
El 29 de mayo del 2001, en la Cámara de Comercio de Urabá, Nelson y otras dos personas inscribieron a Inversiones Banoly, con la escritura pública número 3971, cuyo objeto era la importación y comercialización de electrodomésticos.
Las investigaciones establecieron que las otras dos personas que firmaron la escritura son agricultores de la región y ni siquiera saben leer y escribir. Nelson solo firmaba los documentos de importaciones menores de electrodomésticos que la empresa hizo, según el DAS, como fachada.
Posteriormente, inteligencia de la Policía de Colombia estableció que el arsenal fue vendido por la policía de Nicaragua, aparentemente, a su homóloga panameña. Luego se descubrió que la policía panameña no hizo negocio alguno y que se trató de una maniobra de traficantes.
Un enfermo terminal fue utilizado como 'cerebro' del caso de tráfico de fusiles en el barco 'Otterloo', que transportó fusiles AK-47 y 5 millones de municiones vendidos por la Policía de Nicaragua supuestamente a su contraparte panameña y quedaron en manos de paramilitares colombianos.
El diario El Tiempo destacó ayer que las pesquisas llevaron el 27 de julio pasado a 15 agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) hasta una vivienda del barrio Aranjuez, en Medellín. Allí quedaba el domicilio del representante legal de la firma que importó los 23 contenedores en los que, supuestamente, venían pelotas plásticas.
Cuando los detectives tocaron la puerta y preguntaron por Nelson Saldarriaga Cuartas, apareció un hombre demacrado y mal vestido, que se identificó como la persona que buscaban. Tras cotejar sus documentos y establecer plenamente que se trataba de Saldarriaga Cuartas, el hombre fue detenido en el lugar.
Documentos que obran en el expediente indican que Saldarriaga Cuartas, de 33 años, es el representante de Inversiones Banoly, la firma de fachada que, en criterio de los investigadores, fue creada únicamente para realizar el gigantesco tráfico de los 3,000 fusiles AK-47.
No obstante, luego de rastrear sus actividades, concluyeron que el hombre fue utilizado para el tráfico ilegal.
Los juguetes que decían contener, fueron cambiados por fusiles y 5 millones de balas calibre 7,62 milímetros que pararon en manos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como lo reconoció a este diario su jefe Carlos Castaño: "Es el mejor gol que he hecho".
NUEVO ESLABON
"Él (Saldarriaga) nunca ha tenido forma ni dinero para crear una empresa que pueda importar un solo contenedor. Es pobre y está desempleado", esto, según un detective.
Adicionalmente, reporteros de este diario establecieron con fuentes cercanas al proceso que el hombre tiene una enfermedad terminal y es farmacodependiente. Por eso, aunque sigue vinculado al caso, los investigadores fueron tras la persona que lo utilizó como señuelo.
Minutos después de la detención de Saldarriaga Cuartas, el DAS capturó en Turbo a su hermano mayor, Erasmo, de 35 años, un comerciante de esa población. |