Un tribunal marroquí sentenció el martes a muerte a cuatro hombres por su papel en los atentados suicidas perpetrados en Casablanca hace tres meses, que dejaron 45 muertos, entre ellos 12 suicidas.
El gobierno del reino norafricano culpó a la Yihad Salafista, un grupo islamista clandestino y ultraconservador, y dijo que algunos de sus miembros tenían vínculos indirectos con la red Al Qaeda.
Los cuatro fueron declarados culpables de planear los ataques simultáneos con bombas en la noche del 16 de mayo contra un restaurante español, un hotel de cinco estrellas y un centro comunitario judío.
Dos de los sentenciados a muerte, Mohamed Omari y Rachid Jalil, admitieron que formaban parte del grupo de 14 suicidas y sobrevivieron.
Yassine Lahnech, un vendedor callejero de 22 años acusado de haber adoctrinado a reclutas del grupo, y Hassan Taoussi, miembro activo del grupo clandestino, fueron los otros condenados a muerte. |