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¿Quiere conocer gente optimista? Vaya a Boquete. Allá parece que no le hacen caso a eso de la desaceleración y crisis económica.
Pero desde antes de llegar a las bellas tierras altas de Chiriquí, Ud. puede darse cuenta que hay inversiones en el interior del país. Nuevos hoteles están siendo terminados o funcionan hace poco en Penonomé, Antón, Santiago de Veraguas, etc.
En el camino hacia Boquete pude ver nuevas y lujosas construcciones de viviendas familiares. La vía es de cemento asfáltico a todo dar. No se ve ni un solo huequito.
Al entrar a Boquete en el sitio llamado Volcancito y Santa Lucía, hay enormes casas con jardines hermosos.
María Flores, en el Centro para Facilidades Turísticas del lugar, estaba orgullosa de haber donado el terreno para esa obra. Traslucía positivismo y me dijo que todo estaba muy bien en Boquete.
"Vea las construcciones que hay en Volcancito", me indicó. Dijo que tenía propiedades heredadas por varios millones, y que al terminar el gobierno anterior se quedó sin empleo y "tuvo que comenzar de cero".
Se refirió a una subasta de café por Internet realizada hace poco en Boquete, donde se vendieron miles de balboas. En realidad no entendí mucho ese asunto, pero se notaba que fue una actividad positiva para la economía boqueteña.
Hay un grupo de personas que los domingos siembra flores y plantas a orilla de la carretera hacia David. Quieren convertir esa vía en un jardín, para que la gente que llegue a Boquete se lleve una buena impresión.
Vi turistas extranjeros en ese lugar y me dijeron que algunos norteamericanos están escogiendo Boquete para vivir permanentemente.
Tenía dos años de no visitar este hermoso poblado. Me llamó la atención los nuevos negocios que han surgido buscando el turismo de aventura.
Julieta Vial es otra dama optimista. Luego de treinta años de trabajar en la ONU por el mundo, decidió regresar a Boquete ("como los salmones, a morir en el sitio donde nací", me dijo como un chiste).
Llena de entusiasmo compró casas cercanas a la Iglesia y dio vida a un Museo de Arte Folclórico y una tienda de souvenires. También inaugurará pronto un café y dos habitaciones para alojamiento.
Allí vi una explosión de postales sobre el Canal que nunca había visto antes. También tiene molas antiguas, con figuras no tradicionales que los kunas conocieron de artículos extranjeros (de E.U.).
Pinturas de José Pittí Del Cid sobre los guaymíes están a la venta y realmente son hermosas.
Lo único malo que encontré en Boquete fue una plaga de moscas. Era desesperante comer en restaurantes populares y de categoría rodeados de estos necios insectos.
Quise buscar explicación a las moscas y tuve varias versiones: me dijeron que formaban parte de un proyecto para controlar una plaga que afecta al café.
Otros señalaron que la plaga vino porque el abono llamado "gallinaza" que se riega en los cafetales, este año no estuvo bien preparado... y trajo huevos de moscas. Y uno que otro simplemente dijo que "era la época". |
