Los nuevos ediles electos en el distrito de Capira se encontrarán el 1º de septiembre próximo, con un edificio con graves problemas estructurales y con el cielo raso de madera convertido en el hábitat de murciélagos y otras alimañas.
Las únicas remodelaciones fueron durante el pasado gobierno, cuando el representante del corregimiento de Ollas Arriba, Julio Mariscal, donó un aire acondicionado, puerta de vidrio y ventanas.
Actualmente, el aire acondicionado está fuera de servicio por falta de mantenimiento y las aspas de uno de los abanicos de techo están torcidas, funcionando uno de los tres existentes.
MALOS OLORES
El olor a excremento de murciélagos, dentro del salón de sesiones es insoportable por momentos, especialmente durante las horas de intenso calor e inclusive en la Secretaria del Consejo son visibles las manchas por las paredes.
Una situación más insólita es que los asistentes a las sesiones ordinarias, deben presenciar cuando los ediles van al baño, al estar la puerta de acceso dentro del recinto al igual que el depósito.
Según el personal de secretaría, los pocos archivadores están llenos y los documentos se colocan en cajetas, por lo que resulta difícil mantener en orden toda la documentación.
Una funcionaria que pidió reserva de su nombre, indicó que la pintura del edificio y otras pequeñas remodelaciones realizadas el pasado año, se efectuaron con el dinero del saldo restante de la partida de obras comunitarias manejadas por los representantes de corregimiento.
A ello se suma el hecho que hace más de tres años la empresa telefónica dejo de prestar el servicio al Consejo Municipal por una morosidad que sumaba cientos de dólares.
Algunos de los ediles reelectos, coincidieron en que el edificio debe ser ampliado e incluso efectuar la compra de computadoras para modernizar el sistema de trabajo.