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En el carrito, evita colocar congelados encima de los demás productos.  |
Cuando vayas a comprar, rehusa siempre todos aquellos productos enlatados que se encuentren abollados o aquellos otros que tengan la envoltura rota o deteriorada. Evita igualmente las frutas magulladas, y revisa siempre los huevos, que no haya ninguno quebrado.
Cuando coloques la compra en el carrito del super ten la precaución de no colocar la carne y el pescado crudo sobre otros productos, podrían gotear y contaminarlos. Así mismo, durante el transporte de estos alimentos y otros como helados y congelados, procura no introducirlos en el maletero del coche si éste se halla caliente.
Compra los congelados a última hora (justo antes de dirigirte a caja para pagar), manténlos juntos para que se conserven fríos por más tiempo y refrigéralos cuanto antes.
Una vez llegues a casa con la compra, desempaqueta con rapidez los alimentos frescos y guardalos en recipientes herméticos o envueltos en papel de aluminio (no es aconsejable que las envolturas autoadherentes permanezcan mucho tiempo en contacto con los alimentos, en especial con aquellos altos en grasa, como quesos, etc.).
Coloca los alimentos crudos (pescado, carne y aves) en la rejilla inferior del refrigerador y siempre separados de los cocinados (parte media de la nevera), para evitar posibles contaminaciones. Cuando nos queden sobras o restos de comida que deseemos guardar para consumir más tarde, habrá que guardarlos igualmente tapados y dentro del refrigerador.
Es preferible no guardar los huevos en la puerta de la nevera, es mejor dejarlos en su envase y en la rejilla superior, al igual que todos los productos lácteos, que deberán encontrarse siempre tapados, pues éstos tienden a absorber tanto el olor como el sabor de los otros alimentos.
En el verdulero guardaremos las verduras y hortalizas, preferentemente en bolsas de plástico para conservar su frescura. En la puerta, que es la parte más caliente de la nevera, guardaremos las bebidas o aquellos productos que se van a consumir rápidamente y por tanto no se estropearán, como leches, zumos, etc.
Si deseamos congelar nuestra compra, meteremos los productos deseados bien en bolsas o en recipientes de plástico herméticos, con el fin de preservarlos de la humedad y anotaremos la fecha de congelación. Si lo que queremos es congelar (o guardar en el frigorífico) algún plato cocinado por nosotras mismas, será mejor que dejemos primero que se enfríe.
Recuerda que la temperatura ideal de la nevera oscila entre 0 y 5 grados centígrados, mientras que el congelador a de hallarse a un mínimo de menos 18º C. En el congelador colocaremos los alimentos muy juntos, mientras que en la nevera los mantendremos algo separados para que circule el aire frío mejor. Nunca te dejes las puertas abiertas, pues perderás temperatura rápidamente y límpialos con regularidad, agua tibia con bicarbonato resulta ideal, pues además de limpiar elimina los olores del frigorífico. Tendremos siempre la precaución de revisar las fechas de caducidad para colocar siempre en primer lugar los alimentos que debemos consumir antes.
Respecto a los alimentos enlatados será mejor almacenarlos en algún lugar fresco y seco de la casa, pero atención, si no vas a consumir la lata entera será mejor que coloques en un recipiente hermético la parte que no emplees y lo introduzcas en el frigorífico para su correcta conservación. |