Un reporte de la Oficina de Investigaciones del Congreso (GAO) alertó el jueves sobre las grandes frustraciones de Estados Unidos frente a los países de mayor trasiego de narcóticos en la región, entre ellos Panamá.
La más simple, pero la más desalentadora para los analistas: que los gobiernos de estos países no tienen dinero para pagar la gasolina de los botes donados por Estados Unidos para que persigan a las veloces embarcaciones de los narcotraficantes.
La "zona de guerra'' de los organismos antinarcóticos de la región abarca un área de seis millones de millas cuadradas por las que se mueven cientos de toneladas métricas de cocaína al año y está comprendida por Ecuador, Venezuela, Panamá, República Dominicana, Haití, Jamaica y México, países designados como los de mayor tránsito de narcóticos.
El estudio reconoce que desde 2003, gracias al programa internacional antinarcóticos, los EE.UU. y los ocho principales países de tránsito, con excepción de Venezuela, han mejorado la cooperación en el combate al tráfico de drogas", pero cita como obstáculos preocupantes que impiden una verdadera integración, la corrupción oficial, la falta de cooperación de Venezuela y las penurias presupuestales de los organismos antinarcóticos locales, cuyos vehículos y lanchas muchas veces dependen del combustible regalado por las agencias del gobierno estadounidense.
A esto se agrega, según el reporte, el desaprovechamiento de un sistema de inspección de contenedores del Departamento de Seguridad Nacional que se utiliza casi exclusivamente para la detección de armas de destrucción masiva, a pesar de que también podría ser usado para descubrir cargamentos de drogas.