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Ningún sociólogo se ha atrevido a hacer una investigación para conocer cuál es el país latinoamericano que tiene más avivatos. "Avivatos" son aquellas persona que buscan la manera de salirse siempre "con la suya", y muchas de las cosas que hacen son para su beneficio...y no muy legales ni correctas.
Pienso en esto porque creo que Panamá saldría con un alto número de avivatos, aunque no sería de extrañar que haya igual o mayor número de estos bellacos en otros países hermanos. Alguien me dijo una vez que el "avivato" y el bellaco (el "vivo" como lo llaman algunos), es descendencia de los llamados pícaros españoles, cuyas andanzas quedaron inmortalizada en numerosos libros hace cientos de años.
Bueno, "a estas alturas del campeonato" como diría un fanático del béisbol de Puerto Caimito, realmente no interesa quienes son los tatatarabuelos de nuestros "avivatos". Lo que importa son sus actividades del momento, que pueden estar afectando a más de uno, y perturbando la paz social panameña.
Avivatos los ha habido siempre en eso que llaman "invasión de tierras". A finales de los cuarenta hay que reconocer que no fueron tantos avivatos los que invadieron los potreros de lo que hoy es San Miguelito, distrito con más de trescientas mil personas.
Pero luego sí surgieron avivatos que incluso llegaron a "vender" terrenos que no les pertenecía. Esta práctica sigue teniendo vigencia cincuenta años más tarde, como ocurrió hace poco con tierras de un Asentamiento fracasado en Arraiján. (Pero nadie ni nada puede justificar los violentos desalojos que se dieron allí...)
No solamente los avivatos hacen de las suyas con las suyas con las invasiones de terrenos ajenos. Ud. puede encontrar algunos de ellos en cuanta asociación u organización exista, siempre y cuando aparezca dinero de por medio (ya sea de cuotas, rifas, contribuciones, donaciones, etc.). Por eso hay que tener mucho cuidado con la plata en estas organizaciones (no olvidarse de los clubes de padres de familia de colegios secundarios y primarios).
Avivatos aparecen a veces convertidos de fotógrafos en algunas graduaciones de colegios. Antes del acto hacen "contratos" por cinco o diez balboas con ingenuos padres. Luego realizan el "show" de aparentar que toman las fotos... y ¡zas" desaparecen. Nunca entregan las fotos pues se contentan con el adelanto que estafaron. Si considera que son decenas los afectados, el negocio es redondo para el avivato.
También en política hay sus avivatos. Existen desde los que consiguen plata para organizar mítines, comidas, manifestaciones, hasta los que se quedan con costosas contribuciones que gente rica le hace al candidato (aires acondicionados, muebles de oficinas, máquinas, computadoras, hasta uno que otro vehículo).
Incluso algunos candidatos realmente son avivatos, pues nunca fueron serios en sus planteamientos y deseos electorales. Sencillamente aprovecharon una situación, una "coyuntura" como dicen los izquierdistas, para ver si pescaban "en el río revuelto". Lo peor de esto es que casi siempre el avivato (sea donde haga sus maldades) queda impune, o sea, sin ¡ningún castigo! |
