AYER GRAFICO
Los balcones del Casco Viejo son verdaderas obras de arte


Hay estructuras que datan de comienzos del siglo diecinueve, con influencia marcadamente española, y otras posteriores a 1850, que recuerdan los hermosos barrios franceses del París antiguo.

Lo que mayormente llama la atención en los barrios viejos de la ciudad de Panamá, son definitivamente los balcones. No se escatimó en esfuerzo y empeño por recoger los sentimientos y conceptos estéticos de las épocas a que se remontan.

Hoy en Panamá la característica es la sencillez y los chatos criterios arquitectónicos, vacíos de arte y exuberancia. Por eso es que los visitantes, propios y extraños, recurren al Casco Viejo para admirar esas obras de arte. Desde la calle se puede sentir la energía y empeño que ponían estos constructores en las viviendas de los siglos XVII y XVIII.

A la existencia de estos balcones monumentales, hay que sumarle la belleza de verdaderos monumentos como la Catedral, con su torre de calicanto adornada con madreperlas.

Las viviendas de San Felipe y Santa Ana son más que estructuras condenadas, llenas de familias menesterosas. Son obras de arte, con balcones que no miran la ciudad, están clavados hacia la majestuosidad del ayer y sus valores.

 

 

 

 

 

 



 

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