FAMILIA
¿Es peligroso el ambiente con humo de cigarrillo?
(Tomado de Salud Mundial)
Si los hombres y mujeres
desean ponerse a salvo de la infección tendrán que protegerse
en sus relaciones sexuales, sobre todo utilizando el preservativo. Los métodos
anticonceptivos de "barrera", y sobre todo el preservativo, ayudan
a prevenir no sólo los embarazos no deseados sino también
las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA. Este es el mensaje
prioritario para los programas de planificación familiar en el mundo
de hoy.
Para la mujer esto representa un problema adicional, ya que es el hombre
quien debe utilizarlo, muy a menudo en contextos en que la mujer apenas
tiene la posibilidad de elegir o, si se opone a la relación sexual
o sugiere el empleo del preservativo por su compañero, se expone
a que éste la riña, la violente o la abandone.
Otro serio problema que plantean los programas tradicionales de planificación
familiar es su insistencia en el empleo de métodos de alta tecnología,
extremadamente eficaces, pero que la mujer apenas puede controlar. Son métodos
que entrañan una gran dependencia respecto de los servicios de planificación
familiar y no ofrecen protección contra las enfermedades de transmisión
sexual. En los países del Sur, los métodos de "barrera"
se utilizan mucho menos que en los países del Norte. En los del Sur
las prioridades están dictadas por la necesidad de reducir el crecimiento
demográfico y la creencia de que la mujer no podría servirse
de un método que tendría que aplicarse ella misma, ya sea
por falta de instrucción o sencillamente porque su opinión
no cuenta en sus relaciones con su pareja. En el Brasil, como en otros países,
el costo de la maternidad para una mujer (en términos materiales
y afectivos, en trabajo suplementario, etc.), unido a los peligros inherentes
al aborto ilegal, hace que el 85% de las usuarias de anticonceptivos opten
por la píldora o la esterilización.
Otra dificultad estriba en que, en algunos países, la monogamia
es la norma obligada para la mujer pero se considera admisible que el hombre
tenga otras relaciones, a menudo símbolo de prestigio y virilidad.
LA PLANIFICACION FAMILIAR Y EL SIDA
Dada la epidemia de SIDA, es extremadamente urgente que la sociedad en
general, y los programas de planificación familiar en particular,
reformulen el papel que les incumbe en este contexto, preguntándose
cada vez quién decide en las relaciones sexuales y cómo, cuándo
y por qué tenerlas. Deberán comprometerse a promover una mayor
sensibilización y un mayor poder de negociación de la mujer.
Con mucha frecuencia, esos programas siguen siendo la única posibilidad
de acceso a alguna forma de servicio social, especialmente en el ambiente
de pobreza general de los países del Sur.
El movimiento mundial femenino ha intensificado su lucha por lograr el
acceso a métodos anticonceptivos seguros y al aborto sin riesgo,
así como por un más amplio conocimiento de los derechos de
la mujer en materia de reproducción. Ese combate introduce una nueva
lógica en los esfuerzos destinados a conseguir que no se trate ya
a las mujeres como ciudadanas de segunda clase y que se considere la maternidad
como una labor útil y, por ende, algo que éstas deberían
poder elegir con entera libertad y con el apoyo de la sociedad. Sólo
así podrán participar activamente en toda decisión
relativa a la reproducción y la sexualidad. En los países
del Sur, en particular, esto implica cambios radicales en las relaciones
entre los sexos.


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Diagnostican situación social de comunidad
de Puerto Caimito
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