logo critica

seccionesEl Panama Americaotras publicacionesprimera planaportadanacionalesprovinciasdeporteslatinoamericacomunidadreportajesrelatosvariedadescronica rojahoroscopoespacioediciones anterioresbuscador de noticias

 

home

opinion


A ORILLAS DEL RIO LA VILLA
Junta de Embarra

linea
Santo Herrera

Una semana antes, todo el pueblo sabía que ese domingo era la junta de embarra, vieja costumbre que desde hacía mucho tiempo se practicaba por estos andurriales, pues esa gente sencilla comprendió que el trabajo en grupo y sin remuneración en dinero, los ayudaba a todos por su condición de pobres. Por tales razones, las juntas se instituyeron y se celebraban para limpiar montes, sembrar y cortar arroz, construir y embarrar una casa, en fin, eran trabajos colectivos de diversos quehaceres, que comunitariamente disminuían los rigores de la miseria. Muchachas buenas mozas, ya habían visitado el pueblo y entregado a los capitanes los bastones de ramas cortas y delgadas, de lazo, alisadas y cubiertas con papel encarruchado y cintas de hiladillos de varios colores.

Desde el sábado en la tarde, se inician los preparativos para la junta de embarra y en un ambiente de sana alegría, donde se imponía el sonido característico de la mano de pilón, que con fuerza de muchachos enamorados golpeaban el hueco del pedazo de madera tallado a lo rústico, para descascarar los granos que después eran venteados y en poco tiempo tenían pilados el maíz de las tortillas y el arroz. En la noche de la víspera, debajo de un palo de mango, salía un angustioso alarido del cerdo mortalmente herido por una puñalada certera en el cuello. Y al amanecer, bateas cubiertas con hojas verdes de plátano, cargaban trozos de lechona, chicharrones, yucas salcochadas y fritas, tortillas humeantes, bollos, tajadas verdes y otras frituras que entre risas y salomeo, eran ofrecidas a la peonada que con entusiasmo llegaba a trabajar.

Primeramente, hombres y mujeres traían el agua de la quebrada para hacer la primera pila. La tierra, que con anterioridad se había seleccionado, era distribuida por los peones con palas y azadones formando una circunferencia. Algunos le regaban bastante agua, mientras que otros, jóvenes y viejos, picaban y regaban paja de Natá, hasta lograr el punto de la pila. Cerca del mediodía, los efectos de la chicha fuerte comenzaban a manifestarse en la gritería campesina y en los intentos que hacían unos cuantos, para bailar dentro de la rueda de tierra resbalosa. Entre salomas y chacoterías, los hombres, amarrados los brazos sobre los hombros, empiezan a pisar el barro, a cortarlo, a cargarlo y entregárselo a los embarradores, que como artistas campesinos, desde los andamios acariciaban el barro, repellando las paredes de quincha, que cuando el sol declina brillan, destilando gotas del trabajo y el esfuerzo conjunto de un grupo de hombres y mujeres de pueblo. Ellos, de la manera más solidaria, cooperaron en la construcción de la casa, con uno de su propia clase. Con orgullo el dueño de la junta de embarra, observa que ya tiene cobija. Los peones expresan su alegría en prolongadas salomas y bailando tamborito. Muy de noche, en fuego y borrachos, gritando y salomando, enamorados y enamorando, regresan. En breve lapso, el pueblo nuevamente es invadido por los bastones.

 

 

linea

volver arriba

 volver atras


AYER GRAFICO

Imagen foto

Teresín Jaén y Lucy Quintero se lucieron en Festival de La Mejorana

CREO SER UN BUEN CIUDADANO

Sin embargo, hago un problema de cualquier tontería

OPINIONES
Editorial
Cuartillas


 

 


 


PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | RELATOS | VARIEDADES | CRONICA ROJA | HOROSCOPO | SOCIALES | EDICIONES ANTERIORES | BUSCADOR DE NOTICIAS | OTRAS SECCIONES

linea
linea gris

bandera de Panama 

 

Copyright 1995-2000, Derechos Reservados, Editora Panamá América, S.A., EPASA