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A veces pienso que la culpa la tiene la bendita globalización del capitalismo. Claro, desaparecida la Unión Soviética, solamente la teoría económica del capitalismo es la que sirve. Tal vez por eso mucha gente piensa que la solución de todas las cosas está en ¡hacer negocio!
Creo que hasta yo mismo me estoy contagiando de este nuevo virus, que podríamos llamar "capitalismo aguditis".
Figúrense que cansado de ver a algunos alumnos no hacer mayor esfuerzo por estudiar y ganar buenas notas, el otro día les dije:
"Si ustedes no vienen a la Universidad para tener una cultura, o para adquirir una profesión, entonces piensen en esto como ¡una inversión!
Algunos jóvenes de apenas dieciocho años (lo menos), me miraron como diciendo que "no sabían por dónde venía la onda" de mis palabras.
Tuve que aclararles que "piensen en los estudios universitarios como un negocio. Ud. si estudia logrará un título que le proporcionará luego tener una buen salario. Entonces podrá comprarse un carro, vivir en un departamento y conseguir otros lujos. Así que ¡estudiar en la "U" es un buen negocio!".
Pienso que muchos panameños le hacen caso solamente al "vil metal" (o al vil papel verde, como dirían otros). Así que espero que algunos jóvenes flojos estudien más pensando en las ganancias que tendrán cuando sean flamantes licenciados.
Pero no solamente los jóvenes de la "U" pueden ser motivados con eso del negocio". Creo que ya algunos políticos están conociendo ese fenómeno sociológico en estos tiempos de elección.
Sólo así se explica que el otro día la experta en hojaldres llamada "La Panga" (del parque de los aburridos), me dijo que estaba haciendo "sus realitos" con una sobrinita de cinco años que ya la "metió en política".
Yo me horroricé al pensar en tan tierna criatura metida en los "berenjenales" politiqueros. "La Panga", reída a todo dar, me explicó:
"Señor periodista, los pobres que no tenemos plata para ir a Mónaco ni comprar una casa en Punta Mala, debemos rebuscarnos como sea ahora que estamos en tiempos de política...".
Luego señaló que tiene una sobrinita negrita, que peina con graciosos moñitos amarrados con cintas de todos colores.
"Esa negrita mía es fotogénica. Mire que varios políticos la buscan para retratarse con ella en brazos, para después decir que están con el pueblo. A ellos les cobro cinco "palos" por foto", dijo.
Casi me río de la ocurrencia de la trabajadora mujer. A su lado el gordo "Tamboril" (expescador de Puerto Caimito) la respaldó en su "negocio".
"Yo tumbo algunos billetes haciendo de guarda-espaldas de políticos que se atreven a venir por los zaguanes, buscando el voto de la chusma", aclaró.
Se rió el flaco "Cojinoa" (otro expescador de Puerto Caimito). Dijo que a él le han dado "dos panchos" por cada persona que lleve a los mítines de barrios de candidatos presidenciales".
Los tres se rieron de sus "negocios" y señalaron que "el pobre debe rebuscarse como sea en estas elecciones".
Pensé que me habían "tomado el pelo". Pero el colmo fue el Cholito Mesero del café de Santana. El dijo que le pagaban por "hacer discursos de barricada" pidiéndole al pueblo que votara por algún candidato a presidente. |
