En 1982, los muy jóvenes de esa época recordamos las vivas imágenes del dos de abril, cuando soldados argentinos retomaron unas islas en el Atlántico sur. La bandera azul-blanca con el sol amarillo, ondeaba nuevamente sobre las Malvinas, después que en 1833, un barco inglés se apoderó del archipiélago. Pero el sueño gaucho terminó abruptamente al mes siguiente. La premier Margareth Thatcher recurrió al poderío de la flota británica para hacer vigencia de la cuestionada soberanía inglesa sobre las islas Malvinas (Falklands para Londres). En pocos días, se rindieron los argentinos. América Latina resintió por años la incursión inglesa en la región, mientras Ronald Reagan daba luz verde a la destrucción del crucero General Belgrano, por parte de los aviones anglosajones.
En lo que representa un gesto de buena voluntad, y que disipa tensiones del pasado, el primer ministro británico Tony Blair acaba de efectuar una provechosa gira por América Latina. El jefe de gobierno inglés visita Jamaica, Brasil, Argentina y México. Los temas que discutirá durante las reuniones de trabajo con los líderes de esas naciones serán el libre comercio, el compromiso ambiental del protocolo de Kioto y la lucha contra las drogas, sobre todo en el Caribe.
Tony Blair dista mucho de la contraparte inglesa del imperialismo mundial del Siglo XIX. Lejos de igualarse a la figura magnánima de Margareth Thatcher o el conservador John Mayor, a quien sucedió hace varios años, el actual jefe de gobierno británico mantiene una postura abierta frente al mundo, sin menospreciar la enorme influencia de la Gran Bretaña en el mundo. Inglaterra es la puerta de entrada a la Unión Europea, aunque los mismos ingleses no quieren aceptar la nueva realidad continental, incluso la moneda Euro. Pero Blair ha considerado buscar socios transatlánticos, aparte de Estados Unidos y Canadá. Por ello su visita a la América Latina.
Por primera vez, un primer ministro británico pisó suelo argentino, cuando el 1 de agosto del 2001, Blair cruzó desde Brasil a la provincia argentina de Misiones y mantuvo un encuentro bilateral con el presidente Fernando de la Rúa, con las cataratas del Iguazú como marco. Ambos líderes se encontraron primero en territorio brasileño, en una reunión tripartita con el mandatario brasileño, Fernando Henrique Cardoso. Por su parte, Carlos Menem fue el primer presidente argentino en visitar Inglaterra en octubre de 1998, luego del conflicto. En la cumbre anglo-argentina, Blair expresará a De la Rúa su apoyo ante la difícil situación económica que atraviesa el país sudamericano, que fue discutida incluso en la cumbre del G8 que se realizó en Génova.
El encuentro entre Londres y Buenos Aires forma parte del "proceso de normalización" tras la guerra del Atlántico Sur en 1982, aunque todavía falta mucho tiempo para hablar de completa reconciliación sobre las Malvinas. El tema de la soberanía de las islas ya fue tratado entre los cancilleres de ambos países, Jack Straw y Adolfo Rodríguez Giavarini, a comienzos de julio en Londres. Actualmente, Inglaterra tiene una Zona Económica Especial de pesca alrededor de las islas. Un acuerdo anglo-argentino sobre el futuro del archipiélago sería beneficioso para ambas partes. La presencia inglesa en América Latina se hace sentir en muchas formas como en la tecnología, el arte, el transporte marítimo, telecomunicaciones, |