El padre de Pepito estaba preocupado. Tenía que hablarle a su hijo de diez años de "las cosas de la vida". O sea, del sexo... Ya el vivaracho de Pepito preguntaba "cosas" por allí. Se asesoró el papá con varios libros y la Internet. Hasta fue a hablar con la psicóloga de la escuela.
Le aconsejaron que le dijera al niño el asunto "según su edad".
Debía hablarle de las abejas y los animales. Era conveniente decir que "los niños los trae la cigüeña desde París".
Al fin se decidió el papá. Se llevó a Pepito a un rincón solitario y tragando saliva le dijo:
"Pepito, tenemos que hablar de hombre a hombre, sobre las "cosas de la vida", ya tienes diez años".
Las palabras se le atragantaban en la garganta al papá de Pepito. No sabía cómo empezar la importante charla...
Entonces Pepito con sonrisa maliciosa dijo:
"No te preocupes papá, dime lo que no sabes sobre el sexo que yo te lo explicaré".
Claro que lo anterior es un chiste, pero encierra una gran verdad.
Los niños de ahora saben más de sexo porque la sociedad moderna ha convertido lo sexual en promoción comercial. Añada a esto las facilidades que se encuentran en telenovelas, videos y la Internet.
Recuerdo la preocupación de una abuela. Su nieto de ocho años "se excitaba" viendo la novela brasileña "Pantanal". Recomendé que no hiciera aspavientos, viera la novela con el niño y tomara el asunto como algo corriente, sin malicia.
A otra madre la llamaron de la Escuela. Su hija de primer grado "andaba besándose con amiguitos por los rincones", le dijeron.
Una abuela seguía a su nieta por toda la casa. No quería que se escondiera con un amiguito que tenía fama de andar tocando y besando a las niñas.
Ejemplos como estos hay muchos. A veces los adultos los promueven sin darse cuenta.
Supe de niños que le dijeron a la tía que querían "mover la cegueta" (sexo), como habían visto a sus padres.
Otra madre regañó al chiquillo de seis años porque se encaramaba en una silla para "aguaitarla" cuando se bañaba.
Motiva este artículo (columna) la curiosidad que tengo por saber en qué ha quedado todo el escándalo de una semanas, sobre una enseñanza sexual en las escuelas "muy cruda".
Pienso que no hay que ser mojigatos ante esta realidad. Se debe encarar el asunto con seriedad. De lo contrario, lo aprenderán en calle y seguramente de forma equivocada.
