Los colegios privados están de vacaciones de medio año. No es que se haya tratado de una discriminación hacia lo planteles públicos, pues todos recordarán el mes de huelga de los docentes en protesta por las reformas a la ley de la Caja de Seguro Social.
Cada vez que se produce un manifestación, los más afectados son los estudiantes que pertenecen a planteles públicos. Y es que pareciera que se obliga a los padres a sacrificarse económicamente para matricular a sus hijos en colegios privados para que no sean víctimas de los cierres de calles y protestas de los docentes que todos los años tienen un tema por qué protestar.
En este lunes de la primera semana de vacaciones las calles estarán semi despejadas. Mientras los chicos de los colegios privados se quedan en casas a salen a pasear en familia, los muchachos de los planteles públicos estarán haciendo uso del servicio de transporte público, lo cual provoca movimiento en las horas picos.
Estos cambios abruptos en al calendario afectan en gran medida a esos estudiantes que están por graduarse. Se trastoca el orden de su aprendizaje y el final el es mismo de casi siempre: se gradúan con bajo perfil y sin proyectar un gran potencial académico que les sirva de base para cumplir la otra etapa de su vida que es la educación superior.
Ojalá no ocurra más situaciones como estas porque al final unos salen bien preparados y los otros no. ¿Será que ese el objetivo del sistema? Si es así, hay que alarmarse porque se están formando dos clases de ciudadanos: los que tienen mayor opción de triunfar y los que no. Estas cosas, no debemos permitir que ocurran porque al final del camino se lastima a un país entero.