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Baumgartner se lanzó desde un avión sobre la ciudad inglesa de Dover, permaneció 10 minutos cayendo a una velocidad de más de 200 kilómetros por hora  |
Félix Baumgartner no es un nombre mundialmente conocido, pero si usted recuerda a un sujeto saltando en paracaídas desde las torres gemelas de Kuala Lumpur (451 metros) o del Cristo Redentor de Río de Janeiro (29 metros), pues ahí lo tiene.
Este paracaidista austriaco ahora ha realizado otra hazaña para quedar en su memoria: atravesó en caída libre el Canal de la Mancha, los 34 kilómetros que separan Gran Bretaña y Francia.
Baumgartner se lanzó desde un avión sobre la ciudad inglesa de Dover, permaneció 10 minutos cayendo a una velocidad de más de 200 kilómetros por hora y luego abrió su paracaídas a unos 1.000 metros de Cap Blanc-Nez, al oeste de Calais. Tras diez minutos de caída libre, el paracaídas extendió sus "alas".
Su odisea, bautizada por él como Ícaro II, comenzó a las 04:09 GMT y concluyó 14 minutos después.
Todo el tiempo debió vestir un traje especial ya que a la altura del salto las temperaturas son inferiores a los 50 grados bajo cero.
Para que la caída libre fuera lo más horizontal posible, Baumgartner utilizó un alerón triangular de fibra de carbono de 1,80 metros de diámetro.
"Me he sentido como un pájaro, a pesar de que un trozo de tela se me enganchó y tuve que cortarlo", dijo el paracaidista a la prensa francesa. |