EDITORIAL
Asesinatos
Qué está pasando en Panamá? La gente se está matando sin asco, y cada vez hay más muertos. Es como si se tratara de cubrir una cuota de sangre diariamente. En una semana han asesinado a más de 15 personas, pero lo que más alarma causa entre las mentes pensantes, es la forma espantosa como se eliminan a os hombres y mujeres en este país.
Aquellas noticias donde aparecían cadáveres por doquier en otros países como Colombia y el Medio Oriente, ya no son lejanas, y se han convertido en una realidad en esta pequeña nación de escasos tres millones de habitantes.
No es que en Panamá nunca haya habido asesinatos, pero si la memoria histórica no falla, en décadas pasadas los crímenes eran menos, pero hoy por hoy, no se sabe en qué momento caerá un muerto al lado de otro ciudadano, pues se camina por las calles y de repente cae una víctima, ya sea por balazos o acuchillados, mientras que el asesino sigue caminando tranquilamente como si sólo hubiera tropezado y apartado la piedra en su camino.
Mutilados, coladeras humanas, ajusticiados con tiros en la nuca, con las vísceras afuera... en fin, escenas propias de una guerra sangrienta son recreadas en este pequeño país llamado Panamá.
Las balaceras entre pandilleros se han convertido en un tema candente, toda vez que se dan en cualquier rincón y a cualquier hora. Ya no son sólo El Chorrillo ni Curundú las guaridas de los pandilleros, pues éstos se han apoderado de algunos territorios como San Miguelito, Panamá Viejo y otros sectores aparentemente más sanos, como los del área Este y Oeste de la ciudad.
Lo más alarmante es que las armas que usan los asesinos deportivos en Panamá, son de las más sofisticadas como las AK-47, 9 mm y otras. Ello es indicativo de que en Panamá no habrá empleos para ciudadanos honrados, pero aparentemente el negocio de la muerte y delincuencia es rentable al punto de que los delincuentes tienen para adquirir "herramientas" modernas para sus "trabajos sucios".
¿Y la Policía qué hace? Pues todos los días, la institución dice estar trabajando en contrarrestar el desorden social, pero los resultados reflejan que se necesita aún más esfuerzos.
El panorama es serio, grave se diría. Aquí hace falta una verdadera política de acción y fuerza para combatir esa sombra macabra que está cubriendo la sociedad como una gruesa capa de contaminación. Y en esa dirección deberían estar encaminadas las realidades dentro de la institución del orden en Panamá y no querer estar tapando el Sol con una mano.
Según las estadísticas, ya hay registrados 102 asesinatos, lo que revela que algo feo está ocurriendo y cada vez con más alevosía.
Tampoco es el hecho de que se descifró el asesinato y se atrapó al culpable. Eso no restaurará a la nación de la pérdida ciudadana.
Urge hacer un alto y analizar qué está pasando con esta sociedad que pareciera que cada vez se levanta en las mañanas con sangre en los ojos y con un blanco fijo: otro ciudadano a quien matar.
PUNTO CRITICO |
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