La historia ha demostrado que los pueblos indígenas, debido a su forma de vida, son conservacionistas consagrados del entorno natural donde habitan, y hoy, más que nunca, les asiste el derecho a vivir en el territorio que ocuparon libres ancestralmente. Pero en la actualidad, intereses económicos y políticos pretenden arrinconarlos e irlos desalojando de sus predios, como está ocurriendo en Darién.
En el proceso de colonización de las tierras donde habitan las tribus autóctonas en esa provincia desde tiempos inmemoriales, se utilizan técnicas de cultivo consistentes en la tala y quema que han provocado un avanzado proceso destructivo de la riqueza vegetal y animal, sin que esos métodos hayan evolucionado a formas de explotación más sostenible.
Es muy triste, pero hay que decirlo, la confrontación entre colonos e indígenas, ha devenido en una lucha entre hermanos panameños, y el papel de algunas autoridades ante el conflicto viene siendo injusto, al inclinarse a favor de quienes movidos por la falta de condiciones de vida en otras provincias emigran a la región para alterar el medio ambiente en perjuicio de la vida apacible y tranquila de las colectividades autóctonas.
Debe tomarse en cuenta que esta colonización ya no es únicamente la del campesino santeño desplazado a la región para subsistir, si no que, hay intereses económicos de personas que ni siquiera viven en la región. |