Hoy es 1 de agosto. Estamos a 15 días para cobrar el Décimo Tercer Mes y a 153 días para decirle adiós al año 2003. Casi fin de año, verdad. Entramos en el octavo mes del año. Mucho tiempo ha pasado desde aquel 1 de enero cuando muchos panameños se impusieron propósitos que cumplir: adelgazar, estudiar más, corregir malos hábitos como fumar, acercase a Dios, ser menos borrachín, ser fiel a mi novio o novia, mejorar mi trato a mis padres, dejar las palabras obscenas...
¿Cuántas de estas metas se han cumplido? ¿Con cuánto empeño nos propusimos verdaderamente cambiar? ¿Fueron castillos en el aire únicamente, o lo quisimos en serio? Dejar pasar casi todo un año sin adelantar en nuestra vida aunque sea un paso, es lamentable.
Ser las mismas personas, con las mismas deficiencias y virtudes, pero sin mayores atributos ni ventajas que antes, duele. Dejar que pase tanto tiempo sin superarnos, sin ser un poco mejores, sin saber algo nuevo y tener mayor cultura aunque sea, es nefasto.
Pero todavía estamos a tiempo. El tiempo que resta del año podemos hacer algo; cumplir una de las metas como mínimo. No dejemos que se queden en letra muertas esos propósitos que alguna vez esbozamos. Debemos convertirnos en gente de palabra, diferente a la que fuimos ayer, superiores a la que hace un año dejó el año viejo. |