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Padre asesino vive pesadilla en la prisión
En la cárcel mantienen a Selino lejos de los demás reclusos, y aseguran que es uno de los menos visitados del penal.
Antonio Pérez M.
Crítica en Línea
Selino Potes Caceres, tiene 35 años, vive entre cuatro barrotes, y en los últimos cinco años de su vida sus noches se han convertido en un infierno, y su mente es su verdugo porque no puede dejar de recordar cada detalle de esa mañana del 11 de abril de 1995, cuando sin clemencia asesinó a su hijo Manuel de tan solo tres meses de nacido. Este señor esta recluido en una celda de máxima seguridad en el centro penitenciario La Joya, y está entre los reclusos menos visitados de este penal. Le esperan 13 años de prisión, ya que su condena fue de 18 años. Los vecinos de la comunidad del Cristal, del sector de Loma Cová, distrito de Arraiján, y la mayoría de los integrantes de su familia, no han podido perdonar a este sujeto por semejante crimen. Al tratar de conocer sobre qué ha sido de Selino dentro de la cárcel, es muy poco lo que se sabe, y según fuentes dentro del sistema penitenciario se habla que es un hombre que no se caracteriza por ser trabajador, y pasa más tiempo acostado dentro de su celda. “Se nota que está viviendo una pesadilla”, dijo una fuente. CRONICA DEL INFANTICIDIO La mañana del 11 de abril de 1995 Ana María Valdés salió de su pequeña casa madera ubicada en el sector de Cristal, en Loma Cová, distrito de Arraiján, para dirigirse a su trabajo en la ciudad de Panamá, donde laboraba como empleada doméstica. Ana salió sin preocupación porque dejaba a su hijo Manuel como todos los días al cuidado de su padre Selino Potes, quien estaba sin trabajo, y para ayudar a su mujer tenía que atender la casa mientras ella buscaba el sustento del hogar. Al poco rato, se dio la tragedia: Selino Potes ahogó a su hijo introduciéndole un trapo en la boca, porque estaba cansado que el pequeño estuviera llorando. Pero el niño lloraba porque se había hecho sus necesidades (defecado) y su padre se negaba a limpiarlo. Se supo que Selino antes de actuar de esta manera contra su propia sangre, le amarró los brazos al pequeño con una media, mientras los golpeaba en el vientre con una madera. Selino mostró sangre fría ya que cuando se percató que su hijo había muerto se cruzó de brazos en la puerta de la casa y cuando su hermana, -quien también era vecina de él-, le preguntó por el pequeño, con naturalidad asesina le dijo que estaba muerto. Cuando las autoridades llegaron al lugar de los hechos se encontraron con una tina de plástico llena de agua mezclada con excremento, y al pequeño muerto en una cama boca arriba con sangre seca en la nariz y boca. La versión del padre ante las autoridades fue que el pequeño lloraba insistentemente porque tenía calor y lo metió en la tina llena de agua, pero tuvo ganas de hacer necesidades fisiológicas y tuvo que salir de la casa a donde estaba el servicio de letrina. Selino alegó que se demoró 15 minutos y cuando regresó el pequeño ya no respiraba, por lo que lo acostó en la cama para darle los primeros auxilios. Esas versiones fueron desmentidas durante las investigaciones, que determinaron que la causa de muerte fue por un "Síndrome Afictico", provocado de manera violenta. Los testimonios de los vecinos del lugar quienes señalaban que el sujeto tenía la costumbre de golpear al pequeño y a la madre. Cabe destacar que Ana había dejado a Selino cuando estaba embarazada, y cuando el niño nació ella lo reconoció con su apellido. Selino amenazó a Ana con matarla a ella o a uno de los parientes sino regresaba con él, así que la joven aceptó y cuando tuvo un mes de dar a luz él (Selino) la obligó a trabajar.
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