Hasta hace ocho días atrás, el país podía jactarse de ser uno de los pocos países del mundo penetrados por el virus de la influenza A (H1N1) que no habían registrado decesos.
Pero eso cambió rápidamente con el fallecimiento de dos infantes: un bebé de nueve meses procedente de Antón con padecimientos respiratorios previos, y un niño de 3 años residente en la 24 de Diciembre. Ambos menores fallecieron en el Hospital del Niño.
Independientemente del resultado de las investigaciones que surjan sobre las circunstancias en que estos menores resultaron contagiados, la nueva realidad nos sacude esa falsa sensación de seguridad en que habíamos caído luego del susto de los primeros casos, y nos refuerza la noción de que tenemos que tomar medidas para evitar el contagio, así como acudir al médico en caso de presentar síntomas.
Hay que tomar en cuenta que hay confirmados 553 casos de esta variedad de gripe, por lo que está ampliamente difundida en todo el país, y podemos contagiarnos en cualquier momento. Los más vulnerables son los niños pequeños, los mayores de 60 años y las personas con las defensas bajas y con problemas respiratorios preexistentes.
La población debe ponerse en alerta, porque esta enfermedad no se irá. Tendremos que vivir con ella, al igual que con otras cepas de la gripe que han surgido en los últimos diez años.