Este año Vive la Música si tiene cuentos. A a pocos días de la gran final, pusimos en el banquillo a los tres finalistas: Brenda, Julieta y Manuel.
ORGULLOSO DE SU TIERRA
El primero en subirse al potro fue Manuel, quien confesó ser muy conservador a la hora de vestirse ( jeans, zapatillas, gorra y suéter). Deportista de corazón y actos, pues le encanta el fútbol, el basquetbol, béisbol, nintendo, y los utiliza para quitarse el estrés.
Fanático del arroz, poroto y carne confiesa que es conformista con el cuerpo que Dios le ha dado y duerme en bóxer, por el calor.
A la hora de conquistar, trata de hablar mucho y ser lo más normal posible, aunque ha sido capaz de decir piropos como "Oye mami, estás buena" y ha recibido elogios un tanto subidos de tono. Con novia chiricana, confiesa ser una persona común y corriente, sencilla y humilde, que está aprendiendo a cantar.
En cuanto a los comentarios de que Paulette tenía ciertas preferencias por él, asegura: "para nada, siento que ella valora el esfuerzo de cada participante", afirmó.
Lo más difícil de este concurso según Manuel, es luchar con el estereotipo de ser chiricano. "Me siento orgulloso de lo que soy. Soy chiricano y soy panameño".