Cada vez que surge un enfrentamiento político-legal en donde ciertas disposiciones quedan en entredicho, inmediatamente los defensores de esas ilegalidades se salen con que, "...nada está escrito en piedra...", siendo que el significado de dicha frase es harto conocido por la ciudadanía, pero este columnista tiene otro dicho, más apropiado (sacado de un 'Larousse'), que reza, "HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA".
Debo referirme en esta ocasión a los benditos carnets de salud, cuyo documento es un requisito para poder obtener un empleo con una empresa cuya actividad primordial es la manipulación de alimentos, disposición ésta que aplaudo, porque las apariencias suelen engañar y podría ser que un aspecto sano y/o saludable, solo es el ropaje de un cuerpo enfermo que abriga algún mal de índole infecto-contagioso (¡guácatela!).
Entonces, si la ley es dura e inflexible con los manipuladores de alimentos que responsablemente obtienen sus respectivos carnets de salud, para trabajar en fondas, restaurantes, kioscos, abarroterías, tiendas, supermercados, etc., ¿ por qué se permite la circulación - clandestina - de vendedores ambulantes, ofreciendo sus productos (legumbres, hortalizas, pan, dulces, ¡carnes!, - especialmente de puerco - etc.) todo esto tirado en el piso de un pick-up o una vagoneta, sin que los vendedores porten en forma visible, el respectivo carnet de salud, y mucho menos una certificación en el que se identifique que los productos ofrecidos son aptos para el consumo humano ?
"La calle está dura...", es el pregón popular respecto de la situación del terrible desempleo que azota nuestro país, pero créanme, un ataúd también es duro -por fuera y por dentro - y ese es el lugar donde irán a parar todos aquellos que inocentemente se aprestan, con ansias, a comprar, para luego consumir, esos productos que se desconoce su procedencia, y que tampoco traen un sello que diga, ¡APROBADO! Recordemos el todavía vigente caso de los medicamentos envenenados de la C.S.S...Y, por Dios, señores del Ministerio de Salud, apliquen la ley a todos porque todos somos (deberíamos ser) iguales ante la ley, SIN EXCEPCIÓN, ¡Cambio y Fuera! ¡Au Revoir!