Hace unos días entregó su alma al Creador el locutor Edgardo Barrios, quien laboró en los noticieros matutinos de la emisora Radio Mía. Chaguito, como cariñosamente le llamaban sus amistades en el ambiente radial, poseía un timbre de voz distintivo con el que, desde muy temprano, a primeras horas de la mañana, despertaba a los radioescuchas con la lectura de los titulares de las noticias que aparecían en los principales periódicos capitalinos.
Además de ejercer la locución radial, el desaparecido colega, dedicado durante varias décadas al micrófono, alternaba sus ocupaciones diarias con el ejercicio de la fotografía.
Muy apegado a los valores tradicionales y al trabajo constante, madrugaba todos los días para llegar temprano a sus labores habituales en la emisora, donde ejercía con dedicación su oficio de radiodifusor. Su vida estuvo marcada por el apego a su familia, que hoy lo recuerda como un ejemplo a seguir. Paz a su tumba. |