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Arraiján, donde se recrudecen las invasiones de tierra, aumentó su población en caso dos veces y media, de 61 mil 849 habitantes que tenía en 1990 pasó a 149 mil 818 en el año 2000.  |
Ultimamente se han acentuado las invasiones de tierras en áreas ubicadas próximas a las ciudades importantes del país, particularmente en la capital. Y todo indica que estas invasiones de tierras continuarán ya sea que los propietarios tengan un título de propiedad sobre ellas u ostenten derechos posesorios, que constituyen una práctica consuetudinaria respetadas por campesinos y demás productores agropecuarios del país.
CAUSAS
Entre las causas de estas invasiones de tierras situadas en las goteras de las ciudades tenemos la ausencia de una decidida estrategia de desarrollo rural, con verdadera voluntad política de aplicarla, que en una primera etapa debe retener la población en el área rural y gradualmente permitir que se produzca el traslado a áreas urbanas en la medida que estas se desarrollan adecuada y racionalmente. Esto no está ocurriendo, por supuesto, en nuestro país.
A lo anterior hay que agregar la creciente concentración de la tierra en pocas manos que se está produciendo a lo largo y ancho del país producto precisamente de la falta de una decidida estrategia de desarrollo rural, que dé como resultado los polos de desarrollo que con éxito se logró durante la gestión de Omar Torrijos Herrera; Santiago de Veraguas es un ejemplo de ello. Sobre este particular estamos a la espera de las cifras finales de recién pasado censo nacional agropecuario.
Se vienen realizando en el país algunos proyectos de desarrollo rural, aislados e inconexos, que se pretenden convertir en vitrinas de exhibición donde los beneficiarios parecieran ser seleccionados con pinzas. Las vitrinas no promueven el desarrollo rural sino la participación real y efectiva de la gente.
SITUACION
Según el Décimo Censo Nacional de Población y Sexto de Vivienda, de los 2 millones 839 mil 177 habitantes de la República de Panamá, el 48.9 por ciento se concentra en la provincia de Panamá y el distrito de San Miguelito concentran un 25 por ciento de la población total del país.
En la provincia de Panamá un distrito como el de Arraiján, donde se recrudecen las invasiones de tierra, aumentó su población en caso dos veces y media, de 61 mil 849 habitantes que tenía en 1990 pasó a 149 mil 818 en el año 2000. A este distrito próximo a la ciudad de Panamá se adicionan en crecimiento el de La Chorrera, así como los corregimientos de Las Cumbres y Pacora del distrito de Panamá. Bien pueden esperarse próximas invasiones de tierras en estos últimos lugares, como está ocurriendo en Arraiján.
CLIENTELISMO POLITICO Y POBRES CONTRA POBRES
Esta situación irracional de nuestro desarrollo da pie a que se utilice la misma como caldo de cultivo para que algunos políticos irresponsables fomenten y azucen las invasiones de predios, independientemente de que estos estén ya titulados o explotados como derechos posesorios por personas humildes y de limitados recursos. A esta acción de clientelismo político y demagogia se asocia la de los dirigentes profesionales de invasiones de tierras. Tal como ha ocurrido con la propiedad del Asentamiento Unión Campesina que existe en el corregimiento de Arraiján Cabecera.
Este asentamiento es una organización de base de la Confederación Nacional de Asentamientos Campesinos (CONAC) y ésta vez forma parte de la Asociación de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios de Panamá (APEMEP) que está constituida por cooperativas, asociaciones de productores por rubros y varias, organizaciones de mujeres rurales, asociaciones indígenas y asentamientos campesinos.
Es un secreto a voces que estos dirigentes profesionales de invasiones de tierras ajenas cobran a los necesitados de lotes de vivienda. Esto en sí se constituye en una acción delincuencial que aúpan personajes que lo último que aceptarían seria que las fincas propiedades de sus compañías inmobiliarias fueran invadidas. En todo caso terminan enfrentando, criminalmente, a pobres contra pobres.
TORTUGUISMO DE LAS AUTORIDADES
Toda esta situación se agrava gradualmente cuando estos problemas sociales son atendidos con molicie y desgano por parte de las autoridades tanto nacionales, provinciales y locales. Así, con el tiempo, el problema se convierte en una bola de nieve.
Estos dos casos de invasiones de tierras que se dan principalmente en áreas próximas a las ciudades importantes del país exigen de las autoridades medidas que en definitiva favorezcan a los más débiles y a los que suponen menos débiles como los miembros de las organizaciones campesinas. Lo que si no se debe permitir es que prosperen los bribones constituidos, en estos casos, en dirigentes profesionales de invasiones de tierras ajenas y que terminan enfrentando a pobres contra pobres. |