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Las primeras reacciones por la llegada al poder de Sukarnoputri en Asia y en el mundo son favorables .  |
El parlamento indonesio confió ayer la presidencia del cuarto país más poblado del mundo a la popular Megawati Sukarnoputri tras destituir al jefe del Estado, Abdurrahman Wahid, totalmente aislado en su palacio de Yakarta. Megawati Sukarnoputri es la hija del carismático primer presidente del país, Sukarno, derrocado en 1965 por Suharto, quien gobernó Indonesia con mano de hierro durante 32 años. La hasta entonces vicepresidenta, conteniendo las lágrimas, fue nombrada presidenta bajo una lluvia de aplausos de los parlamentarios reunidos en sesión especial para poner fin a los 21 meses de poder de Wahid, acusado de incompetencia y de estar implicado en dos escándalos de corrupción.
"Mega", como la apodan sus partidarios, se convirtió de este modo en el quinto presidente de este inmenso archipiélago de 210 millones de habitantes, primer país musulmán del mundo. En su primer discurso, la presidenta llamó a la unidad del país, desestabilizado por meses de crisis entre el Parlamento y Wahid, y confrontado a una serie de sangrientos episodios de violencia racial, religosa y separatista. "Llamo a todos los partidos a aceptar este proceso democrático", declaró la nueva presidenta.Megawati precisó que formaría un nuevo gobierno en los próximos días.
A los 54 años, Megawati se toma la revancha frente a Wahid, que en 1999 fue designado presidente pese a la contundente victoria electoral del partido de Sukarnoputri, el PDI-P. Los 592 representantes de la Asamblea Consultiva del Pueblo (MPR, máxima instancia legislativa) presentes en la sesión especial (sobre un total de 700) votaron por la destitución de Wahid, que llegó al poder hace 21 meses, lo que da medida de su descrédito. Tras meses de caótica agonía política, la suerte de Wahid, un musulmán moderado de 60 años, casi ciego, quedó sellada el domingo por la noche.
La policía y las Fuerzas Armadas anunciaron en ese momento su negativa a respaldar un decreto del presidente Abdurrahman Wahid que suspendía la actividad parlamentaria y ordenaba a los militares la apli decisión. Ayer por la noche, el presidente destituido daba la imagen de un hombre abatido, irremediablemente aislado.
Wahid continuaba en el palacio presidencial, custodiado por un gran dispositivo de seguridad. En pantalones cortos y camiseta, Wahid apareció brevemente en la terraza para saludar a 400 de sus partidarios. Wahid escuchó y tarareó música de Beethoven mientras que la MPR debatía y votaba su destitución, según un miembro de su entorno. Antes de la destitución, Wahid fue abandonado por varios de sus colaboradores, entre ellos el ministro de Seguridad Agum Gumelar. |