Laboratorios de Río confunden
orina con gaseosa diluida en agua
Río de Janeiro
AFP
En medio a un espectacular
escándalo por falsificación de medicamentos, laboratorios
clínicos privados de Río de Janeiro aumentaron todavía
más la polémica al analizar como orina diversas muestras de
gaseosa de guaraná diluida en agua, denunció un periódico.
Una investigación conducida por el influyente matutino O Globo
con el auxilio de la Comisaría de Represión a Crímenes
contra la Salud (CRCS) descubrió que nada menos que 12 laboratorios
entre 14 consultados incurrieron en el increíble error de confundir
orina con refresco.
En los análisis elaborados por los laboratorios -que se cuentan
entre los más prestigios de Río de Janeiro- se mencionan "raras
células epiteliales", leucocitos (elementos sanguíneos),
filamentos de mucosas y hasta cristales de ácido úrico.
El diario preparó muestras esterilizadas de gaseosa con agua ante
diversos testigos, entre los que se incluyó el propio presidente
de la CRCS, Pedro Pinho, un escribano y la diputada Tania Rodrigues, médica
de profesión, quien arriesgó adelantar que "si dos laboratorios
en 14 confunden la mezcla será un escándalo".
Pinho dijo que el agua y la gaseosa de guaraná utilizados en la
mezcla fueron analizados exhaustivamente por la Fundación Oswaldo
Cruz (el más famoso laboratorio brasileño) y se constató
que no existían elementos anormales.
El profesor de microbiología de la Universidad de Sao Paulo, Luiz
Fernando Góes, admitió al diario que se sentía "espantado"
ante la lectura de los análisis, ya que debido a los cuidados en
la preparación de la mezcla era simplemente imposible que se encuentren
en ella elementos sanguíneos.
"Un laboratorio emitió un análisis afirmando que se
habían encontrado no solamente células epiteliales, sino también
dos a tres glóbulos rojos y tres a ocho células de pus, lo
que claramente configura una infección urinaria o proceso inflamatorio",
dijo.
Para el director de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal
Fluminense, José Carlos Carraro, cualquier laboratorio tendría
virtualmente la obligación de detectar en su análisis que
no se trataba de orina.
"Podrían no identificar que se trataba de gaseosa de guanará,
pero tenían que afirmar categóricamente que no se trataba
de orina. A veces los laboratorios cometen errores, pero no reconocer el
material que ven todos los días es muy delicado", dijo.
En tanto, la diputada Rodrigues dijo que "bastaba abrir los frascos
para percibir el olor dulce del guaraná. Y lo peor es que los médicos
se basan en estos análisis para su trabajo. Nos transformamos en
rehenes".
Este episodio se suma al escándalo que estremece a Brasil en las
últimas semanas, en que todos los días aparecen nuevos y más
aterradores detalles sobre el enorme número de medicamentos falsificados
que inundan farmacias, hospitales y domicilios particulares.

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