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De momento, las tropas israelíes acantonadas en Belén y de Jenín, tienen orden de mantenerse en sus posiciones. |
El Gabinete de Seguridad de Israel, que concentró tanques y tropas de infantería en las inmediaciones de las ciudades palestinas de Belén y Jenín, en Cisjordania, se reunió ayer para analizar el recrudecimiento de la violencia.
El primer ministro israelí, Ariel Sharón, ordenó el acantonamiento de las tropas , tras un ataque con un proyectil de mortero contra viviendas de Guilo, un barrio dormitorio de Jerusalén considerado un asentamiento ilegal por los palestinos. Se trata del primer ataque con piezas de mortero desde Cisjordania contra Jerusalén, para los israelíes su capital exclusiva e "indivisible".
El ataque siguió antenoche otro de helicópteros de la fuerza aérea israelí, que causó la muerte de cuatro activistas del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) en el pueblo palestino de Belén, situado 6 kilómetros al sur de Jerusalén, con el argumento de que iban a cometer un ataque terrorista contra este país.
Esa operación fue precedida el lunes pasado, entre otras escaramuzas entre palestinos e israelíes, por el atentado de un suicida islámico que se inmoló en el pueblo israelí de Binyamina y causó la muerte a dos soldados en una parada de autobús. Este último atentado, a su vez, siguió al apresamiento por comandos israelíes de dos dirigentes islámicos en los distritos palestinos autónomos de Hebrón y de Naplusa, en Cisjordania.
Los trece ministros del Gabinete de Seguridad recibieron ayer un informe de los jefes de los organismos de seguridad acerca de la nueva escalada de la violencia, que de hecho ha puesto fin a un frágil acuerdo para el alto el fuego del pasado 13 de junio. |