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EDITORIAL
Cruce de la Muerte
La muerte por atropello de casi una familia completa en la vía Tocumen nos revela la necesidad de que las autoridades construyan puentes peatonales, en diversos puntos de la capital. Cada día cientos de panameños se juegan la vida al cruzar las calles que registran gran tráfico vehicular, pero el Ejecutivo con su presupuesto billonario y los legisladores con partidas circuitales que casi llegan a los 40 millones de balboas, no hacen nada para evitar que los hogares de sus electores se llenen de luto.
¿Cuánto puede costar un paso peatonal? La cifra no debe superar los 100 mil balboas. Ya en el llamado "Cruce de la Muerte" han perecido atropellados cuarenta ciudadanos. ¿Qué esperan los funcionarios y los políticos para actuar? ¿A cuánto debe ascender el número de víctimas para que se den por enterados de la necesidad de esos pasos elevados?
Cada día vemos a lo largo de las vías Tocumen, España, Ricardo J. Alfaro, Plaza 5 de Mayo, Villa Lucre, en la entrada de San Miguelito y frente al Hospital San Miguel Arcángel, cómo los panameños tienen que sortear autobuses y vehículos particulares para cruzar de una acera a otra.
En muchos de estos lugares ya se ha planificado la construcción de los pasos peatonales, pero la burocracia mantiene engavetada las órdenes de proceder, lo que es más censurable. No podemos entender cómo existen funcionarios insensibles que dilatan obras tan necesarias que pueden ayudar a salvar una vida.
La otra cara del problema de los atropellos, la representa los conductores irresponsables que manejan como locos por las avenidas de la capital. Padres irresponsables que permiten que jovencitos se coloquen tras un volante y circulen como bólidos; o gente embriagada que insiste en manejar a pesar de sus condiciones, están contribuyendo a llevar luto a los hogares panameños.
¿Qué se puede hacer para que los panameños entiendan que un auto es un arma en potencia, y que la velocidad es la principal causa de las muertes que se registran por accidentes de tránsito? Por más que se publiquen estadísticas de los decesos por accidentes, los conductores no hacen nada para frenar su loca velocidad. Avanzan a toda marcha sin importarles a quién maten. Quizás cuando le toque a algún pariente, tomarán conciencia.
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PUNTO CRITICO |
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