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Los niños y jóvenes que viven en condiciones paupérrimas y marginadas en América, tienen limitados accesos a recursos para la educación, y frecuentemente tienen que abocarse a ir a las calles para trabajar, deambulando y durmiendo en ellas, en su mayoría. El problema es internacional y obedece prístinamente a la falta de empleo de sus progenitores y a la desmedida y mala distribución de las riquezas. Cada vez menos empleos y más población; es lo que hace que exista una forma de subsistencia propia de los menores, que los hace claudicar en vaivenes y pecados, que la mayoría de la sociedad prefiere soslayar para no identificarse con ella, so pretexto, de que no es problema de ellos y que los tales se lo buscaron.
Los niños al ver a sus progenitores que no tienen trabajo, y al ver que no existe ningún subsidio económico que los socorra por un tiempo, señalan: "Voy a ayudar a mi familiar a sobrevivir". A la postre, van a las calles en busca de lo desconocido, a fin de lograr la subsistencia, abandonando las escuelas e inmiscuyéndose en las formas más abyectas del mal vivir que le sirven de herramientas para el diario sobrevivir. Las herramientas tales como: prostitución, seguido del robo, para luego involucrarse en el mundo de las drogas. Y no sólo es el problema del desempleo, la desintegración familiar, y el abandono de niños, sino también la incapacidad de los gobiernos de atraer inversiones a su país, lo que deviene en imposiciones elitistas, a ultranza y en detrimento de todos. Mientras tanto el flagelo sigue, no se aguanta, no merma, y se enclava y aumenta cada día más. Y los que más sufren son los más pobres; mientras que el costo de la vida se privatiza y sube cada vez más, haciendo imposible su obtención.
Los niños que se exponen a vender productos en las calles, dan mala imagen al producto que venden y al país, y se exponen a grandes peligros; incluyendo accidentes de autos, violencia, prostitución y abuso de substancias. Estos niños y jóvenes encuentran con dificultad un escape y algo que cambie su forma de vida y los restituya a valores más acendrados a la moral.
El Licdo Erick Barrios, abogado, investigador, escritor y evangelista internacional, señala en sus estudios sobre los niños en la calle: El problema no radica en la desintegración familiar, sino en la carencia de empleo del progenitor y de la falta de enseñanza y ejemplo de grandes valores por parte del progenitor. Luego, a la mala distribución de las riquezas y a la falta de planificación familiar, educación; aunado a los pocos esfuerzos que hace el Estado por encontrar herramientas y alternativas mutuo propio; dejándose sólo el trabajo a las organizaciones no benéficas, como conformándose que esto es parte de la vida; y el problema sigue profundizándose y luego ¿qué? |
