El nuevo ajuste de cuentas públicas en Argentina, anunciado ayer miércoles por el presidente Fernando de la Rúa en busca del "déficit cero" en el segundo semestre, incluye la reducción de todos los gastos del Estado, incluidos salarios, jubilaciones y pagos a proveedores. Ese plan entrará en vigencia cuando sea publicado en el Boletín Oficial.
El déficit estimado para el segundo semestre es de 1.500 millones de pesos (igual en dólares), monto que deberá ahorrar el Estado nacional para llegar al "cero" pregonado.
El ajuste será "transitorio" en las erogaciones del Estado y la reducción global del gasto público será entre 8 y 10%; se gastará sólo lo que se recauda, por lo que ese recorte variará mes a mes, de acuerdo a lo que ingrese.
Con lo que se recaude, el Gobierno pagará los intereses de la deuda y le girará a las provincias lo que les corresponde por el reparto de impuestos. Con el resto se hará una política de caja, o sea, se le dará a cada ministerio u organismo el dinero restante en forma proporcional a lo que les corresponde.
En promedio, el Tesoro nacional ha recaudado mensualmente entre 4.800 y 5.000 millones de pesos (igual en dólares). Los pagos de intereses le insumieron un poco más de 1.000 millones y 1.364 millones los giros a las provincias. El decreto establece la reducción de "sueldos, haberes, adicionales, asignaciones familiares, jubilaciones y pensiones", exceptuados los haberes mínimos (hasta 200 pesos). |