CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo,
me gasto el dinero en malos vicios
Es día
de pago y los familiares esperan en casa al jefe de la familia.
El ya culminó su jornada de trabajo, pero decidió
que, antes de llegar a su hogar, debía hacer una escala
en aquel lugar, donde suele tomarse unos tragos y pagarle otros
a las chicas que alegran el ambiente.
El señor está espléndido. Además
de costear los tragos, da algunos dólares a las lindas
mujeres del lugar, lo que provoca que las chicas se arremolinen
en torno a él.
Después de gastar buena parte de su sueldo y haber
logrado un perfecto estado de embriaguez, el trabajador decide
que es hora de ir a su hogar.
En casa, los niños y la esposa todavía lo esperan,
pero no con la sana ansiedad de hace algunas horas, sino con
el enfado que provoca un largo ayuno obligado.
Antes de escuchar la primera queja de sus dependientes, él
inicia una serie de reproches por el escaso salario que gana,
"que no le alcanzan para nada", en su intento por evadir
la furia justificada de la familia. El, al igual que todos los
que suelen desviar su salario en esos malos vicios, deben reflexionar
y comenzar a cumplir con sus responsabilidades domésticas,
que deberían ser la prioridad para todo buen jefe de familia.
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