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El exprocurador Rogelio Cruz Ríos  |
El exprocurador Rogelio Cruz Ríos envió un extenso comunicado a raíz de las manifestaciones hechas por el candidato presidencial Guillermo Endara, tras las alegaciones del legislador Laurentino Cortizo, quien advirtió la existencia del Club La Llave, durante el gobierno endarista.
AMIGOS DEL ALMA
Mi relación con Guillermo Endara se remonta a mediados de la década del 60. Recuerdo que Endara me pidió que le recomendara a un estudiante de Derecho para que trabajara con él y le presenté al entonces estudiante Hernán Delgado. Desde entonces se inició una larga relación entre ellos.
Cuando Endara dijo en el exterior que Noriega debía salir de Panamá en un "pijama de madera", se le amenazó con el fin de que se quedara fuera del país. Endara, demostrando gran valor y determinación, regresó a Panamá. Aunque con muchos temores, lo acompañé como abogado y amigo hasta el despacho del entonces Ministro de Gobierno, Renato Pereira, donde se le condujo y amonestó, pero no se le detuvo.
Cuando el Licdo. Endara se refugió en la Nunciatura, era yo quien lo visitaba y le llevaba mensajes de sus copartidarios arnulfistas que no se atrevían a visitarlo por temor a las consecuencias y a las represalias.
NADA DE PRESION
Al producirse la invasión de diciembre de 1989, Hernán Delgado me dijo que el presidente Endara me nombraría Procurador. Me pidió que visitara a Endara y lo visité en la Cancillería, en compañía de Rafael Rodríguez. Supe que el colega Faúndes quería ser Procurador, pero aceptó a cambio ser Magistrado de la Corte Suprema.
El presidente Endara jamás me pidió nada como Procurador. Me sentí en completa libertad de actuar y así lo hice siempre, sin intromisiones de los órganos políticos del Estado, lo que, indudablemente, me causó serios y continuos problemas con prominentes miembros de su gobierno. Los aciertos o los errores en el cargo durante mi ejercicio, son de mi exclusiva responsabilidad. No obstante, siento haber disgustado un tanto al Presidente y a miembros de su gobierno cuando inicié un sumario penal en contra un Director de la Policía Nacional y cuando, a raíz de una demanda presentada por Guillermo Cochez, le manifesté que era inconstitucional el nombramiento de un amigo común como Alcalde de La Chorrera.
LA BOMBA
Un día explotó una bomba en la entrada de la Procuraduría que causó daños personales y materiales de cierta consideración. Se me informó oficialmente que se me quería matar, pero después pensé que no, que lo que se pretendía era amedrentarme y conseguir que yo, temeroso, presentara mi renuncia a cambio de otro cargo público. No lo hice y se inició una campaña en mi contra que prosiguió con una denuncia penal por concusión presentada por cuatro prominentes miembros del gobierno del presidente Endara. Como es sabido, se me acusó de todo; al no probarse los cargos, se me condenó por abuso de autoridad, sin que existiera una persona perjudicada con mis supuestos abusos. Nunca se supo quién colocó esa bomba.
Durante el proceso seguido en mi contra, sé que fui investigado con el fin de encontrar bienes o dineros a mi nombre que no pudiera justificar, dentro y fuera de Panamá. No se consiguió probar nada al respecto.
SUSPENSION INCONSTITUCIONAL
El día que fue suspendido inconstitucionalmente por el Procurador de la Administración, el Licdo. César Guevara Quintero (q.e.p.d.) se presentó a mi despacho y se ofreció como mi abogado defensor. Al saberlo su hermano Hernán Delgado hubo en mi presencia una agria discusión telefónica; él no quería que César fungiera como mi abogado. El 26 de diciembre de 1992, César fue a mi casa y me anunció que el presidente Endara no quería que él fuese mi abogado y que tenía que renunciar al poder. Le acepté la renuncia.
OFERTA DE HERNAN
El 29 de diciembre de 1992, Hernán Delgado me llamó a mi casa, a las tres de la madrugada, me dijo que iría a visitarme de inmediato. Hernán me dijo que en pocas horas se levantarían las restricciones a mi libertad (casa por cárcel), pero que no podría salir de mi casa porque Junior Echevers, por órdenes de Montana Weeden, tenía un comando armado "con órdenes de matarme". Que "ellos" podrían ayudarme para que me fuera para los Estados Unidos. Sin pensarlo dos veces, le dije que estaban locos, puesto que yo, fuera de mi país, me tiraría de un puente abajo sin poder ganarme la vida trabajando. Me preguntó si me quedaría "para pelear mi asunto" y le contesté que sí. Se despidió de inmediato.
EMBAJADOR EN LA OEA
Cuando supe que se preparaba mi condena por parte del pleno de la Corte, le pedí al presidente Endara una cita. De inmediato me la concedió. Le pedí que hablara con los Magistrados para que fallaran en Derecho. Me dijo que él no se metía en la Corte. Le riposté que yo no le pedía que torciera la justicia; que le pedía eso, porque había altos funcionarios de su gobierno que le hacían ver a la Corte que el Presidente de la República quería mi salida del cargo.
Entonces me dijo que él sí me había mandado antes a Hernán Delgado con la propuesta de que renunciara a cambio de nombrarme Embajador en la OEA, que la propuesta estaba en firme aún y que el puesto tenía "un sueldo fabuloso". Le dije que eso era una absoluta locura; que Panamá no se merecía tener un embajador en la OEA con el "rabo de paja" que me habían montado. Que yo le proponía que la Corte fallara en Derecho y que me reincorporaran al cargo. Que luego yo renunciaría y que me iría.
Como conclusión, creo que el presidente Endara parece haber olvidado las razones por las cuales creo me nombró y salí del cargo y que, en parte, he mencionado ahora. |