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En la secuencia de arriba se muestra el momento en que el artificiero ruso intentaba desactivar una bomba arrebatada a una "kamikaze" chechena. De repente la bomba explota matando luego al técnico.  |
Un nuevo intento de ataque suicida en Moscú, que se saldó con la muerte de un artificiero de los servicios secretos, puso el jueves en vilo a la capital rusa, aún horrorizada por la matanza provocada hace unos días por dos mujeres "kamikaze".
Un agente del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB) murió en la madrugada del jueves al estallar una bomba que trataba de desactivar y con la que una presunta mujer suicida amenazó con volar un restaurante del centro de Moscú.
El ministerio del Interior no descartó que este suceso y el doble ataque kamikaze que el sábado se cobró 16 vidas en un concierto de rock fueran parte de una "oleada de actos suicidas" en Moscú de la que estaban prevenidos los órganos de seguridad.
Yuri Shuválov, portavoz del citado ministerio, dijo que la policía disponía de información "procedente de fuentes del Cáucaso Norte" sobre la posibilidad de que "kamikazes" cometieran atentados en la segunda y tercera semanas de julio.
"No se puede excluir que lo ocurrido en Túshino (el sábado pasado) y en la calle Tverskaya-Yamskaya (esta noche) forme parte de ese plan, pues entra en ese intervalo de tiempo", dijo Shuválov.
El 5 de julio, dos mujeres cargadas de explosivos se inmolaron ante sendas entradas del aeródromo de Túshino, en el noroeste de Moscú, donde se celebraba un concierto de rock al que asistían decenas de miles de personas.
El doble atentado causó 16 muertos, incluidas las terroristas, que los órganos de seguridad identificaron como chechenas.
Cuando aún no se han apagado los ecos de esa masacre, Moscú se despertó ahora sobresaltado al conocer otro aparente intento de ataque suicida protagonizado también por una mujer joven, de unos 22 años, en un restaurante del centro de la capital.
El suceso ocurrió ya entrada la noche, cuando los guardias privados del restaurante "Imbir", en la calle Tverskaya-Yamskaya, informaron a la policía sobre una joven sospechosa "de aspecto caucasiano" que rondaba el local.
Al llegar al restaurante, los agentes de policía pidieron la documentación a la joven, quien, entonces, amenazó con detonar una bomba que decía portar en su bolso.
La policía redujo a la mujer, dejó el bolso fuera del recinto al comprobar que contenía un artefacto explosivo y avisó a los artificieros del FSB.
Durante varias horas, agentes del servicio secreto ruso trataron de desactivar la bomba con un robot, pero en torno a las 02.15 de la madrugada (23.15 GMT de ayer ) inesperadamente el artefacto hizo explosión cuando la tocaba un agente del FSB.
El artificiero, de 29 años, sufrió heridas muy graves y pereció en el mismo lugar de la explosión.
Los especialistas calcularon la potencia del artefacto en el equivalente a 400 gramos de trilita y subrayaron que habría causado decenas de víctimas si hubiera estallado en el restaurante. |