EDITORIAL
Un policía
en el aula de clases
Panamá
es un país lleno de prejuicios, sobre todo en el sector
educativo, que no se ha podido superar por los tabúes
que se han incrementado a lo largo de los años.
En períodos anteriores, los docentes protestaron por
el ribete rojo que se colocó en el uniforme de los alumnos
de nivel primario, porque esa era una irritación del sistema
cubano. También exteriorizaron su desacuerdo por el cambio
de la expresión "escuela" por "ciclos básicos"
que se proyectaba con la Reforma Educativa.
Los avances y peligros que hay en las escuelas actualmente
exigen una reevaluación de los programas educativos y
uno de ellos podría ser el que se permitiera que las autoridades
policiales entraran a las aulas escolares para dictar clases
sobre el uso indebido de drogas, el pandillerismo juvenil y la
prevención de los delitos sexuales. En el Estado de Virginia,
en los Estados Unidos, los policías tienen un programa
de demostración del perjuicio que causan los estupefacientes
y para ello se dictan clases en las aulas escolares de primaria
y secundaria. En Panamá, podría darse lo mismo
con la colaboración de personal calificado de las autoridades,
contando también con el aval de maestros y profesores.
El personal educando podría conocer de cerca sobre alcaloides
y otras drogas, aparte de la proyección del lavado de
dinero.
Esta es una posibilidad que, reiteramos, podría ser
eficaz en los centros educativos en momentos que las escuelas
están siendo amenazadas por delincuentes que ya no respetan
el santuario que antes significaban los colegios. Adivinamos
que esta propuesta tendrá reacciones, pero sería
una forma de conocer directamente todos los peligros que representa
el consumo de narcóticos. Un policía en el aula
de clases no es nada fácil por el carácter represivo
que han tenido las autoridades en manifestaciones políticas.
Pero se trata de algo novedoso, acorde con los tiempos modernos
que demandan seguridad y conocimiento en la instrucción
pública.
PUNTO CRITICO |
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