El primer relevo, de 220 soldados, de las tropas españolas de la FINUL en Líbano pasó su primer día de misión bajo medidas de seguridad reforzadas tras el atentado que el pasado 24 de junio se cobró la vida de seis cascos azules españoles.
A pesar de que la seguridad se ha reforzado, el embajador de España en Líbano, Miguel Benzo, dijo a Efe que "la situación ahora está tranquila" y que los nuevos cascos azules "van a encontrar todo organizado para poder hacer su trabajo".
Está previsto que aterrice en Líbano un segundo contingente con 120 efectivos para sustituir a las tropas españolas, en su mayoría pertenecientes a la Brigada Paracaidista (BRIPAC), que efectúan su misión en Líbano.
El primer grupo de cascos azules españoles, pertenecientes a la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT), llegó al aeropuerto internacional Rafik Hariri de Beirut.
Según fuentes militares españolas, el traslado de ese primer grupo a la base "Miguel Cervantes" en Blat (sur del Líbano), donde está el cuartel general de la Brigada Este de la Fuerza Internacional de Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), fue más lento que el de sus predecesores.
Las tropas de la FINUL están desplegadas al sur del Líbano en cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece su despliegue para garantizar la paz tras la imprevista guerra entre Israel y la guerrilla chií Hizbula, que ocurrió entre julio y agosto del 2006.