Medios de prensa informaron ayer sobre nuevos e intensos enfrentamientos entre el ejército y los estudiantes islámicos radicales atrincherados, desde hace varios días, en una mezquita en la capital paquistaní, Islamabad.
Los estudiantes dispararon contra las unidades del ejército que, con explosivos, intentaban abrir huecos en las paredes de la mezquita para permitir la salida de las mujeres y los niños atrapados dentro.
Según fuentes militares, un soldado del ejército de Pakistán murió durante los enfrentamientos y otro resultó herido. Desde que se mantiene el sitio, han muerto unas 20 personas.
ULTIMATUM
A casi una semana de asedio militar, el presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, lanzó un ultimátum al grupo de estudiantes, advirtiéndoles que si no se rinden, morirán.
"Deben rendirse incondicionalmente o enfrentarse a la muerte, pues no les queda una tercera opción", dijo el mandatario al tiempo que exigió la liberación de mujeres y niños tomados como rehenes en el templo.
Pero el líder del grupo, el clérigo Abdul Rasheed Ghazi, quien mantiene comunicación telefónica con los canales de televisión paquistaníes, afirmó que posee municiones y alimentos para resistir durante semanas.
Abdul Rasheed Ghazi señaló que los estudiantes preferían el martirio a la rendición.
Afuera, las fuerzas del ejército y la policía que rodean el edificio impidieron el paso de una delegación de políticos islamistas que intentaron ingresar a negociar con los rebeldes.
La Mezquita Roja es una institución pública sostenida por fondos del Estado, donde van a estudiar muchos jóvenes de familias procedentes de zonas tribales.
El ultimátum de Musharraf y el fuerte desplazamiento de efectivos armados, apoyados por blindados y armamento pesado, hace pensar de que las autoridades podrían ordenar en cualquier momento un asalto diecto a la mezquita.