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Maquillajes intensos como llevar el pelo recogido con un pañuelo negro de flores bordado con monedas doradas, al mejor estilo gitano  |
Andalucía y sus trajes de faralaes fueron hoy una de las principales fuentes de inspiración de la colección creada para Christian Dior por el modisto británico John Galliano, figura estelar de la primera jornada de colecciones de alta costura para el otoño invierno 2003-2004.
Después de China, Japón y el Oriente más lejano, Galliano viajó este año a la India, pero también a Argentina y, ante todo, a España y a sus orígenes gibraltareños y andaluces en busca de un lujo inaccesible y espectacular.
La colección, que se abrió y cerró con un quejido flamenco, fue una mezcla más o menos sutil de la esencia de un sinfín de países y también del mundo del cabaré y el espectáculo unidos por la música, a muy alto volumen, condensada para la ocasión por Jeremy Healy.
Volantes, a veces gigantes y en todo caso omnipresentes, plisados pintados a mano, topos gigantes, mangas cortas o largas, siempre muy trabajadas, enormes y voluptuosas faldas de tul, corsés, corpiños, escotes abismales, transparencias, piernas al descubierto con medias de colores chillones o caladas, bajos asimétricos y drapeados fueron algunas de las ideas dominantes para el invierno 2004.
Maquillajes intensos, en ocasiones de cuerpo entero o por lo menos de escote y brazos, serán muy Dior la próxima temporada invernal, como llevar el pelo recogido con un pañuelo negro de flores bordado con monedas doradas, al mejor estilo gitano, o portar sujetadores de colores rotundos, rojo y verde esmeralda, o blanco o color carne, a la vista.
La fiesta comenzó con cuarenta y cinco minutos de retraso, ni uno más, lo que entre otros invitados especiales dejó fuera del recinto a la actriz Elizabeth Hurley y a su novio, quienes sólo mediado el desfile lograron tomar posiciones en primera fila, junto a la actriz y embajadora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Marisa Berenson.
No muy lejos de Hurley -con un ajustado pantalón vaquero y una camiseta de tirantes roja en cuyo delantero declaraba en inglés su amor por la firma francesa- el actor estadounidense Jack Nicholson, vestido de negro y con gafas de sol, contemplaba absorto el devenir de la mujer Dior del invierno que viene. |