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El técnico acotó que un problema que presentan las casas antiguas es que no tienen las varillas de tierra adecuadas.
Marciscano precisó que muchas de estas residencias no usan varillas de cobre sino las galvanizadas, que eran utilizadas en ese entonces como sistema de aterrizaje.
Puntualizó que ciertas casas de la época de la construcción del Canal y del área de San Francisco, tienen estos dispositivos, por lo que les aconseja que corrijan este tipo de aterrizaje porque es obsoleto.
Aclaró que en su práctica ha visto situaciones en las que se ha verificado en campo que los mismos electricistas de algunas constructoras, en vez de enterrar los ocho pies que tiene la varilla, la parten en tres o cuatro pedazos y las instalan en cuatro casas, por lo que no están protegiendo nada.
Adelantó que una varilla tiene un costo aproximado entre ocho y diez balboas, por lo que el hacer esto les resulta económico, no obstante perjudica a los futuros dueños porque no están protegiendo nada.
Sentenció que una varilla no te va a dar un cien por ciento de protección, pero si le ayudará a evitar daños previsibles. |
