Cuando se está privado de libertad es cuando aprendemos a meditar sobre lo que se hizo y lo que se debe corregir. Los reos del Centro de Rehabilitación Nueva Esperanza en Colón, en su mayoría han aprendido a amar a Cristo y es por eso que participan en actividades que los ayuden a ser mejores personas.
El pastor Pier Blandon, conjuntamente con los internos de ese centro penitenciario y la seguridad, organizó un evento de cantos religiosos donde participaron muchos reos y miembros de la iglesia.
La actividad fue emocionante para los internos que disfrutaron de los cantos religiosos y aprovecharon para compartir en el patio de la cárcel.
Rigoberto Moreno, jefe de Seguridad del Centro Penitenciario, dijo que lo más importante es que los internos están aprendiendo a compartir y con esas actividades positivas pueden lograr un cambio, que es el interés del Director del Sistema Penitenciario, Carlos Landero.
Moreno aseguró que el Centro Penitenciario Nueva Esperanza es uno de los más tranquilos, aunque a veces se escuchen de algunas disputas que, en muchas ocasiones, vienen por conflictos de afuera.
Mirna López, directora del penal pidió la ayuda de las familias de los internos para que éstos se sientan con el deseo de regresar, pero con una mente diferente para convertirse en provecho para la sociedad y ellos mismos.