La selección de Brasil, defensora del título, volvió a hacerle pasar vergüenza a la de Chile, algo habitual en los últimos tiempos, la goleó por 6-1 y se clasificó para las semifinales de la Copa América, donde se enfrentará con Uruguay.
El equipo de Dunga, por fin, se destapó con una goleada, en la que Robinho anotó otros dos tantos para destacarse como máximo artillero con un total de seis.
La delegación chilena se vio afectada por un incidente en su "cuartel general" de Puerto Ordaz, donde tras ganar la clasificación a la segunda fase, los futbolistas tuvieron la noche libre; algunos se pasaron de copas, se propasaron con camareras del hotel y rompieron mobiliario.