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EDITORIAL
Jurado de conciencia
Sin duda que frente a estos resultados volverán las iniciativas de siempre para reformar el sistema de jurados de conciencia, propuestas que tienden a desaparecer tan pronto se olvide el asombro que nos provoca el veredicto de turno. El veredicto absolutorio a favor de Carlos Manuel Boyd, Marvin Salazar, José Javier Jiménez y Eduardo Frutos, fue como una especie de lotería para los sindicados. El abogado de uno de los encausados sentenció días antes de la audiencia algo que hoy se convierte en realidad, "nunca se sabrá quiénes fueron los autores de la muerte de Barton.
El empresario canadiense estaba a cargo de la construcción del Hospital San Miguel Arcángel y de la reparación de un aeropuerto en Bocas del Toro. Eran obras millonarias que éste había logrado durante el gobierno endarista y luego con el cambio de gobierno se habló de presiones para quitarle los proyectos. Hoy las dudas persisten. Hay un crimen en el misterio. Los asesinos y el autor intelectual estarán libres.
Todas estas cosas contribuyen a erosionar más a una justicia, que en los últimos días ha enfrentado fuertes señalamientos sobre la existencia de corrupción en su seno. Allí están los casos de simulación de un juicio para exonerar a narcotraficantes colombianos y la expedición de miles de órdenes de embargo a favor de mueblerías y financieras, sin existir siquiera un proceso formal. La justicia no está ciega, parece más bien herida de muerte y poco a poco pierde la confianza de los panameños.
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PUNTO CRITICO |
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