EDITORIAL
Batalla electoral mexicana
Hoy 58.7 millones de ciudadanos mexicanos van a las urnas. Por primera vez el dinosaurio Partido Revolucionario Institucional (PRI) corre el peligro de perder unos comicios presidenciales, desde su creación como partido oficial en 1929. Los políticos deben brindarle un torneo transparente a su pueblo. Vicente Fox, del Partido Acción Nacional, y Francisco Labastida Ochoa, del PRI, están casi empatados en las encuestas de opinión. Por primera vez en siete décadas, los mexicanos votarán, con la incertidumbre de no saber con anticipación quién puede ser su próximo presidente. Cuauhtémoc Cárdenas puede ser el candidato sorpresa, mientras que Gilberto Rincón Gallardo y Manuel Camacho Solís, están rezagados. Los diarios mexicanos resumen el optimismo de los principales candidatos. Los partidarios de Francisco Labastida aseguran que el sinaloense ganará por más de 3 millones de votos y los de Vicente Fox insisten en que "ya ganamos"; los de Cuauhtémoc Cárdenas señalan que el michoacano llegó a la recta final cerrando a velocidad de jet, por lo que "ahí les va rumbo a la meta". Este será el tercer intento de Cuauhtémoc Cárdenas por heredar la silla presidencial que, hace casi 70 años, ocupó su padre. Al principio de la contienda había obtenido muy pobres resultados y ocupaba un triste y muy lejano tercer lugar. Sigue en esa posición, aunque más cerca de Labastida y Fox. Y con este último se ha negado a aliarse. Cárdenas asustó al PRI en 1988, cuando estuvo a punto de desbancarlo del poder. El PRI controló todo el aparato estatal hasta 1989, cuando el PAN ganó la gobernación de un estado y hoy día, la oposición gobierna una docena de estados. Para seleccionar su candidato, el PRI efectuó por primera vez, desde 1989, elecciones primarias, donde resultó favorecido Labastida. El hombre del PRI fue secretario de Gobernación del gobierno de Ernesto Zedillo. El cargo lo convirtió en el segundo hombre más poderoso del gabinete y además estuvo al frente de la seguridad interna del país. Además de la Presidencia, en los comicios de hoy, serán elegidos 500 diputados y 128 senadores. A las elecciones han sido invitados casi 900 observadores de 58 países. Por lo reñida que se perfila la fiesta electoral, los mexicanos y sobre todo el gobierno, deben garantizar elecciones limpias y transparentes. La oposición mexicana sostiene que para que México sea considerado un país totalmente democrático, no puede ser que un mismo partido haya gobernado la nación durante 71 años. Vicente Fox sostiene que ``para que México sea considerado una democracia, tiene que haber un cambio de poder''. Aparte de la estrecha contienda electoral por la Presidencia, los entendidos también vaticinan que ningún partido logrará una mayoría para controlar el mismo, lo que prevé una gran tormenta para el mandatario triunfador. El camino que se le abre a México no es fácil, ni tampoco lo será para la oposición, si es que logra los votos, asumir la dirigencia de un país, que por décadas ha sido controlado por un solo partido.
PUNTO CRITICO |
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