Tras el asesinato de Roberto Amel Castilllo, de 23 años, ocurrido la madrugada del domingo en las inmediaciones de una parrillada ubicada en Mano de Piedra, distrito de San Miguelito, sus familiares aseguran que "Robertito", como era conocido, no tenía problemas con nadie en la comunidad.
Su madre, Marixel Espinoza, dijo que los vecinos del lugar donde residen, en Los Andes N.º 1, quedaron impactados al saber la trágica noticia de que su hijo fue asesinado.
"Él era un hombre trabajador; laboraba desde hacía cuatro años en una compañía ubicada en el Puerto de Balboa. Además, era querido por sus compañeros; siempre se le reconoció sus labores; hasta el día de hoy no se le reportó ninguna tardanza", dijo. "Esa noche se fue a comprar pollo asado hasta esa parrillada, ya que era el único sitio que se encontraba abierto. No sabemos lo que pasó, sin embargo, sé que mi hijo no se encontraba en nada malo. Fue identificado por las autoridades porque uno de los asesinos dejó la licencia tirada en la calle".