Para nadie es un secreto que la selección "albiceleste" lo que tiene es fanáticos en nuestro terruño, y son ellos los que precisamente se encuentran haciendo apuestas, preparando su camiseta e incluso, acordando el lugar perfecto para observar en vivo y a todo color lo que determine la experiencia en la cancha del Allianz Arena de Múnich; son dos equipos que generan expectativas en lo que a Copa de Fútbol se refiere.
El día sábado, si el marcador se mantiene como el pasado encuentro entre las selecciones de Japón y Paraguay, en los 90 minutos 0-0, igual en los extras y después un 4-5 en los tiros de penal, más de cuatro quedarán en las salas de urgencias. Lo cierto es que muchos apuestan por ellos, pero en otra esquina están los que inclinan la balanza hacia el equipo de Alemania, en el que es cierto que hace falta, para deleitar la vista, la presencia de Michael Ballack, quien fue lesionado por el centrocampista ganés Kevin-Prince Boateng, pero los que están hacen un trabajo de lujo, por lo menos desde mi óptica de fémina, porque sé tan poco de fútbol, como lo que quizás sepan la mayoría de los hombres sobre los productos de belleza que sirven para cabello seco y para cabello graso.
Por otro lado, mucho se ha hablado de que el fútbol une multitudes, yo digo lo contrario, siempre sale una discrepancia por uno o varios fanáticos que dicen saber todo de goles, buenas jugadas o faltas, y siempre para ellos los suyos serán lo máximo.
A decir verdad, el juego del sábado será intenso, cardiaco, pero para mí tal vez sea uno más, porque quien pasa por mi puesto de trabajo sabe que soy seguidora de la selección de Brasil, y no es porque ellos tengan a los mejores prospectos, que es lo que miramos nosotras en todos esos juegos que se iniciaron desde 11 de junio, tampoco conozco si sus técnicas son las mejores, lo cierto es que mañana cuando enfrenten a Holanda, estaré apoyándolos con mi camiseta, que la tengo porque fue un excelente regalo de cumpleaños.