Nigeria, cuya retaguardia ha ofrecido todo un espectáculo en Holanda, acaricia la oportunidad de oro de convertirse en la primera nación africana de la historia que levante el trofeo del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA. Para ello, su línea defensiva deberá mantener la magnífica actuación ofrecida hasta la fecha el día de su cita con Argentina y con la gran revelación del torneo, Lionel Messi.
Una garrafal pérdida de concentración provocó que Nigeria encajara dos goles de última hora y perdiera ante la República de Corea en su segundo partido del Grupo F. Desde entonces, la selección africana, famosa por su habilidoso y estilizado ataque, ha encajado un único gol en los últimos cuatro partidos.
Si Isaac Promise y el resto de los efectivos atacantes de Nigeria pueden igualar la altísima motivación que mueve a la zaga y al centro del campo, el 2 de julio podría convertirse en un hito en la historia del fútbol africano. 90 minutos separan a Nigeria de la gloria.