La Liga Europa, que la pasada campaña se disputó con seis jueces en el terreno de juego, trató de resolver los problemas de las jugadas en las que no se ve claro si el balón rebasa o no la línea de gol, que se han planteado con carácter dramático en el Mundial de Sudáfrica.
En la Liga Europa, que en la campaña 2009-2010 reemplazó en a la Copa de la UEFA en Europa, los partidos se jugaron con un árbitro, dos asistentes y un cuarto árbitro, a los que se les añadió un asistente más en cada área con la intención de reducir el margen de error en las jugadas que allí se produjeran.