Los primeros integrantes de la selección mexicana que participó en la Copa Mundial de Sudáfrica llegaron a su país en las primeras horas de ayer, con el ánimo por los suelos y pocos deseos de atender a los medios.
"Pudimos hacer historia y me queda una espina clavada", dijo el centrocampista Efraín Juárez, quien se disculpó con la prensa por su exceso de cansancio después de 20 horas de vuelo.
Los delanteros Cuauhtémoc Blanco y Javier Hernández fueron de los más buscados por los aficionados; el primero no dio entrevistas y el segundo, anotador de dos goles, fue sacado por una puerta alterna del aeropuerto para que no lo molestaran.