Antes de entrar en el tema, deseo exponer dos relatos diferentes. Uno es de un inquilino que hace 6 meses comenzó a vivir en un edificio, pero al poco tiempo llegaron nuevos vecinos con un perro bulldog al departamento de al lado. El problema, según cuenta, es que tiene un niño de 2 años y le ha tocado toparse con el perro suelto por los pasillos del 7º piso.
El otro relato es el de un señor que tiene una mascota que, al parecer, está entrenada para detectar con algunos minutos de anticipación sus ataques de epilepsia, lo cual le permite tomar el medicamento siempre a tiempo y prepararse por las dudas.
Luego de leer estas dos narraciones, la pregunta que cabe es: ¿Deben permitir animales en los apartamentos? La respuesta debe ser negativa, a pesar que una persona se sirva de ellos por su salud.
Uno no debe tener ni perros ni gatos en estos edificios donde sólo hay concreto. Un animal tiene derecho a estar con la naturaleza y correr con libertad. Una persona tiene derecho a la tranquilidad y a vivir en un ambiente sin malos olores, que abundan en los hogares donde ni los propios seres humanos son aseados y mucho menos con sus mascotas.
Es probable que muchos inquilinos de edificios usen este texto para pegarlos en sus murales para advertir de lo negativo que es tener a un animal doblemente encerrado. Primero en una jaula y después dentro de un apartamento.
Los animales son muy lindos, pero no deben permitir que vivan en espacios diseñados para el ser humano. Si usted desea tener animalitos, le recomendamos mudarse a un residencial con patio trasero donde pueda jugar con su mascota, pero, si está pensando en mudarse al piso 16 del edificio que le gustó, mejor regale ese perro que le traerá muchos problemas en su casa.
Si usted sufre de epilepsia, es mejor que se mude también porque es obvio que necesita su mascota.