En razón que desde ayer 29 de junio hasta el 3 de julio comienza la muy publicitada III Feria Internacional del Libro, y dado que en nuestro medio se encuentran grandes personalidades de las letras (JJ. Marcelo de Armas, entre otros), nada más apropiado que cerrar las páginas de ese violento pasado que vivimos los panameños durante casi más de 30 días, para comenzar a escribir otras en dirección de elevar nuestro conocimiento, para reforzar nuestra indispensable sapiensa cultural, así como para también reforzar nuestra autoestima.
Así planteado, permítanme completar este espacio transcribiendo lo que a continuación considero una herramienta adecuada para olvidar el mencionado incómodo y largamente desafortunado pasado inmediato.
DE LA REVISTA CULTURAL LOTERIA NO. 434-ENERO
Febrero, 2001, edición ésta dedicada al polifacético hombre público y de las letras, don Gil Bas Tejeira (q.e.p.d.), extraemos algunas reflexiones que en el artículo, "Apuntes sobre la honradez", este eximio panameño acota, y yo cito: -(...) Por lo general son los pillos los que alardean de honrados... Nosotros desconfiados de los que andan predicando su honradez y exhibiendo certificados de honestidad tanto más dudoso cuanto más enfático (...).
El español ha tomado del francés un refrán que reza: 'El que se excusa, se acusa'. -Y los jamaicanos tienen un adagio didáctico que dice: 'Him who says is him", is no him; him who says is no him, is him (y yo, para beneficio de mis lectores, lo traduzco así: ése que dice que es él, no es él, ése que dice que no es él, es él)...
"Lo que para nosotros es de todo punto insufrible, es el bribón que cree que por haber disimulado las huellas de sus hurtos, puede ufanarse públicamente de que no lo han atrapado en dolo...". Hasta aquí nuestra cita. La honradez, pues, no es una cualidad conceptual coyuntural que desarrolla el hombre, sino un estilo de vida que a través del tiempo el individuo va perfeccionando, y complementando con otros valores cuyos méritos, aunque no "digeribles" como muchos aducen sobre la dignidad que, según ellos, "no se come" en su conjunto dichos valores, virtudes o atributos, son efectivos puntales socioculturales que permiten al individuo mantener siempre la cabeza en alto, y la vista al frente. ¡Au Revoir!